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Pablo Martín Cantalejo – ¿Olvidaremos escribir a mano?

por Redacción
21 de abril de 2020
en Opinion, Tribuna
PABLO MARTIN CANTALEJO web 2
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Como las circunstancias actuales nos impelen a tener paciencia y esperanza, he aquí que, como ya se viene comentando nuestra situación por varios colaboradores del diario, me voy a permitir “alejarme” del tema del día por esta vez, y caminar hacia otro que creo será de interés para todos.

Poco a poco, paso a paso, pero lo cierto es que dentro de algún tiempo “olvidaremos” cómo se escribe a mano, utilizando un lápiz, un bolígrafo o una de las “históricas” plumas estilográficas. Y es que, a la vista de cómo van las cosas, tanto el teclado del ordenador como los de las tabletas y “Smartphone” nos van a hacer olvidar lo que desde la tierna edad aprendimos, es decir, a escribir a mano. Lo aprendimos primero con los “catones” y luego con los dictados a que nos sometían nuestros profesores. Sin olvidar que muchos se aficionaron también a la caligrafía, y hubo personas que aprendieron a escribir a mano con letras muy distintas, con las que hicieron auténticas maravillas caligráficas.

Tengo ante mí cuatro viejos libros que así lo confirman, “Lectura de manuscritos”, de Saturnino Calleja, publicado en 1901; “Guía del artesano”, de Esteban Paluzie, de 1874 y “El Manuscrito (primero y segundo grados), de S.T.J., publicado en 1920. Pero a todos estos aventaja en antigüedad un tomo encuadernado en pergamino, fechado nada menos que en 1776 y titulado “Arte nueva de escribir, inventada por el insigne maestro Pedro Díaz Morante e ilustrada por Francisco Xavier de Santiago”. Todos ellos, pero especialmente el último ejemplar citado, una maravilla. Es admirable ojear en este libro sus páginas con diferentes, elegantes y cuidadísimas caligrafias muy distintas, con unos consejos finales de cómo tomar y utilizar las plumas “de entonces”.

Ante estas muestras, causa pena y dolor que los enormes avances de la técnica vayan sustituyendo a los escritos a mano, en aras de una comunicación rápida y casi instantánea. Internet es un medio adecuado para ello, como cualquier tipo de móvil, con la ventaja de que en estos se escribe también con rapidez en sus teclados (teniendo práctica, claro está), y las contestaciones pueden ser inmediatas. Pero es que, frente a ello hay que tener en cuenta que la caligrafía es el único registro que pone de manifiesto algunos rasgos de nuestro carácter, y ante la vista de ellos ahí están los grafólogos que los saben leer e interpretar.

Todo lo dicho me hace recordar aquel famoso poema de D. Ramón de Campoamor “Quién supiera escribir”. Porque, ciertamente, estamos olvidando escribir a mano, cosa impensable todavía hace pocos años, cuando todos nos afanábamos por escribir cartas a familiares y amigos, correspondencia comercial, de negocios, y esos numerosos intercambios de misivas entre personajes ilustres y famosos, que han dado ocasión a la publicación de buen número de libros recogiendo la correspondencia epistolar entre varios de ellos. No olvidemos tampoco la expectación que, antaño, despertaba la llegada del cartero, con su voz llamando a los destinatarios o con el toque del silbato para avisarnos de su presencia.

Ahora, hasta cuesta trabajo tomar el bolígrafo para apuntar una breve nota, aunque todavía los universitarios (por suerte, porque así no olvidarán escribir a mano) tienen que seguir tomando buen número de anotaciones en el curso de las lecciones que les vayan impartiendo sus respectivos profesores…notas que también algunos toman ya en sus ordenadores de mano, claro está.

También hemos ido diciendo adiós a los christmas navideños, que antes llegaban a cada casa en buen número y de ella salían los de contestación. Todavía algunas personas no se resignan a perder la costumbre, por ejemplo un buen amigo mío, de Costa Rica, con el que me comunico por Internet de vez en vez, y que sigue aferrado a su buena costumbre de considerar que una felicitación navideña debe ser escrita a mano. Así lo venimos haciendo los dos con el correspondiente intercambio, aparte de que por el otro sistema también insistamos en la felicitación y buenos deseos.

Ya ni siquiera se envían las tarjetas postales de los monumentos o paisajes del extranjero donde podamos encontrarnos de vacaciones. Es más fácil hablar y vernos en el momento a través de wasap (así autoriza a escribirlo la RAE).

De todas formas, no estaría de más que de vez en cuando nos decidiéramos a escribir unas líneas a mano, para no perder las buenas costumbres y, sobre todo, para mantener al día la caligrafía y ¡la ortografía!, que se va olvidando a pasos agigantados. Muchos de los mensajes que se emiten por las redes causan una lamentable impresión, con ese desmedido afán de ahorrar letras y escribir palabras a medias.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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