No hay música en las calles. Los bares están cerrados, al igual que lo están teatros, auditorios y salas de conciertos. Confinados en sus casas, los músicos y artistas segovianos cumplen a rajatabla las recomendaciones del estado de alarma en esta crisis sanitaria, pero el confinamiento físico no supone ninguna cortapisa para la creatividad, como así lo demuestran casi a diario a través de las redes sociales. Facebook, Instagram o Whathsapp se han convertido en la tabla de salvación no sólo para dar rienda suelta a la expresión musical, sino también para aprovecharla como instrumento para transmitir un mensaje de ánimo y de apoyo a una sociedad aún aturdida por el inesperado golpe de la pandemia.
Hay para todos los gustos. Las nuevas tecnologías permiten a grupos y solistas realizar extraordinarios montajes audiovisuales que permiten recrear canciones de sus repertorios o versionar algunos de los himnos del confinamiento. Este es el caso de Dinamita y Cía, un grupo segoviano que se pasea por los escenarios de la provincia con la música de Joaquín Sabina, y que ha llevado a los segovianos su particular versión de ‘Quién me ha robado el mes de abril’, en lógica alegoría a la situación que estos días se vive por el coronavirus, con la esperanza de volver a recuperar la primavera perdida que hoy parece guardada en un cajón, tal y como plasmó en su canción el cantautor de Linares.
El grupo Excómunion se suma también a la música a través de las redes sociales, sin olvidar su carácter siempre reivindicativo y social, y ha publicado en su muro de Facebook una canción dedicada a las personas mayores . ‘Fueron, somos, serán’, es la canción que dedican a aquellos a quienes esta pandemia está golpeando de forma más violenta, representantes de una generación que ha trabajado para lograr muchos de los logros sociales y políticos de los que hoy disfrutamos. En ambos casos, los integrantes del grupo han grabado su parte en sus casas para unirse en un video común, lo más utilizado por grupos y solistas.
Pero hay espacio para otros estilos. La música clásica también se apunta a esta clase de iniciativas, y así lo demuestran grupos polifónicos como la Coral Audite y Tutto Voce, que trasladan con sus voces el apoyo a la sociedad con su música. Así, Audite reúne a sus integrantes en un particular video coral en el que interpretan una breve pieza combinando hábilmente sus videos grabados en casa, y Tutto Voce recurre a una obra de su repertorio compuesta por Jorge de Ortúzar en la que aseguran que “sabremos esperar el reencuentro”.
Hay también otras iniciativas musicales relevantes como la que ha impulsado la Fundación Don Juan de Borbón, que ofrece a través de sus redes sociales una serie de pequeños conciertos en los que los jóvenes intérpretes que han pasado por el Concurso de Piano ‘Santa Cecilia’ que anualmente reúne a los más prometedores pianistas de España en el festival “Quédate en casa”.
Estas y muchas otras son las propuestas que hacen más llevadero el confinamiento tanto a músicos como al ávido público que espera que lleguen tiempos mejores… que vendrán.
La inspiración para los artistas en este tiempo intenta crear canciones que puedan poner sobre la mesa mensajes de esperanza y ánimo, tan necesarios para intentar sanar las heridas que deja esta crisis sanitaria y social. En Segovia los músicos no son ajenos a esta idea y ya circulan por las redes sociales algunos magníficos ejemplos de creatividad que merece la pena que vayan más allá de la cuarentena. Mon Monroy, líder de El Canto del Bobo y uno de los músicos segovianos con más trayectoria ha compuesto ‘Cuando pase la tormenta’, una canción en la que cuenta con su esposa Sandra a los coros, donde invita a los segovianos a despertar de una “siesta” para que “nada nos pare”.
Por su parte, el cantautor Javier Postigo ‘Posta’ ha aportado un granito de arena, para que esta tragedia pase con más alegría. Para ello ha creado una canción titulada “Vamos a Resistir”, a coro con su hija Aurea Postigo Soto, con acompañamiento de sus inseparables guitarra y armónica. Una canción que no pasa desapercibida, que invita a cantar, brotando una alegría interior para compartir con los demás, debido a su mensaje de optimismo y nostalgia, según informa Lourdes Matarranz
