¿Cómo ha cambiado Segovia en 20 días? El bullicio ha cesado, ya no se oyen los coches por las calles, no hay atascos, no se escucha a los niños jugar a la pelota. Ahora solo vemos a un hombre paseando a su perro, una señora que acude con mascarilla a comprar fármacos o un joven provisto de guantes se dirige a realizar la compra de la semana al supermercado más cercano.
Los efectos del Coronavirus en la ciudad son más que notables. Multitud de negocios han echado sus rejas; las principales avenidas, calles y plazas han quedado desiertas, lo que denota que la mayoría de segovianos están cumpliendo de manera ejemplar con el confinamiento para que podamos volver a ver las calles más llenas de vida que nunca, lo antes posible.
Lo único que rompe el silencio diariamente son los aplausos que, desde balcones y ventanas, los ciudadanos mandan a todas aquellas personas que se exponen para luchar contra el virus: sanitarios, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, transportistas, personal de las tiendas de alimentación y supermercado, entre otros muchos héroes.

