Llevamos nueve días aterradores para la vida de cualquier pueblo. El Espinar ha tenido que, como en todos los lugares, aplazar o suspender actividades habituales y programadas con mucha antelación, sin dejarme ninguna, la fiesta de Los Gabarreros, la fiesta de San Patricio, el concierto de Camela y posiblemente toda la programación del Teatro Gonzalo Menéndez Pidal, la Hispania de los Vikingos y muy posiblemente la Semana Santa. Según van las cosas, el Covid 19 puede suspender todas las actividades de mayo y posiblemente alguna de junio.
La mayoría de las que se han suspendido son actividades de fin de semana, que hacían que nuestro municipio recibiera a miles de personas, miles de personas que venían aquí para aumentar los ingresos económicos de todo el municipio.
Esperemos que todos los organizadores, junto con el Ayuntamiento de El Espinar, lleguen a la decisión de no suspender sino de buscar nuevas fechas y conformar, si la situación lo aconseja, un calendario nuevo y con potentes acciones de comunicación, para que el devastador efecto del virus apenas se note. Acabo con una frase de Mónica Arribas: “Cuando esto acabe y salgamos a las calles que sea para hacer la fiesta más grande y bonita del pueblo para celebrar volver a vernos”.
