Desde mi humilde pupitre donde las metáforas libran la guerra al sentido de las palabras de mis versos construyendo poemas, quiero aportar mi solidaridad con todas las personas que están en primera línea batallando sin escatimar esfuerzos contra un enemigo invisible, invasor silencioso, sólo con las armas de su profesión, con los escudos del sentido de la responsabilidad y con la estrategia de la ciencia y su conciencia atendiendo en oleada desde las trincheras de su humanidad al deber del estado de alarma.
Este hostil adversario está poniendo a prueba la resistencia de todas las barricadas del cuerpo humano con su alambre de espino vagabundeando en soledad, sin escrúpulos ni miramientos, y cuenta con el aliado en la retaguardia del confinamiento de la gente bombardeada aún más con el asedio de la propia epidemia psicológica del miedo que cada uno tiene que combatir…
Por eso, quiero desde estos sencillos renglones animar a resistir con paciencia, prudencia y acatamiento obedeciendo las órdenes de los que dirigen la lucha por la victoria. Así pues, cuando oigáis masticar al aburrimiento, cuando la pereza empiece a trabajar en las murallas de los bostezos recorriendo todas las esquinas de la casa, esgrimid el sable de la sabiduría que nunca descubristeis para disolver el tormento liviano que envuelven las pesadas horas siempre con cordura y serenidad. Uníos a los protocolos, pues, en solitario no se ganan los combates y menos mirando sólo para sí mismo.
Aquí tenéis un amigo que os seguirá animando y escribiendo mientras mi pluma siga embadurnando renglones con metáforas en el papel desde mi pupitre globalizando la solidaridad.
José Luís García Ruiz, Residencia Vírgen de Veladíez