Tres jóvenes latinoamericanas residentes en la provincia se enzarzaron en septiembre de 2008 en una discusión que tuvo su origen en lo que una de ellas considera el ‘acoso’ o “provocación” de otra hacia el que hoy es su marido, riña que derivó en una pelea y finalmente han acabado en los juzgados segovianos.
Así, en el Juzgado de lo Penal de Segovia quedó visto para sentencia ayer el juicio contra una de estas jóvenes latinas, V. J. Z. M., acusada de un delito de lesiones por el que la fiscal pide una pena de cinco meses de prisión y el pago de una indemnización a la lesionada.
V. J. relató en el juicio que se encontraba la madrugada del 7 de septiembre de 2008 con su pareja, hoy su marido, en la planta baja de una discoteca del centro de Segovia frecuentada por hispanoamericanos cuando otra joven “empezó a abrazar y provocar” a su novio, por lo que ella procedió “a retirarla” y le dijo “quédate tranquila”. Sin embargo, la otra joven, persistió en su actitud e incluso empezó a decirle algo al oído al novio, según declaró la acusada, hasta que el varón propuso marcharse del local. Sin embargo, una vez en la primera planta del establecimiento, la joven ‘provocadora’, que estaba acompañada de una hermana suya, empezó a llamarla “amargada”, entre otros insultos más fuertes, según el relato de V. J.
La acusada sostuvo que las dos hermanas gritaban y se reían de ella, por lo que “me giré y pregunté alterada y también gritando ¿me van a dejar en paz?”, momento en el que la hermana de la primera joven, con quien ya había una mala relación anterior, “se me lanzó encima”, añadió.
De esta manera comenzó una pelea entre las dos mujeres, ya en la calle, en la Bajada del Carmen, y en el transcurso de la riña la acusada lanzó un zapato a la otra contendiente, según ella misma admitió en el juicio, “porque venía hacia mí”, dijo, con tan mala suerte que impactó en su boca, causándole una herida por la que tuvo que ser atendida en un centro sanitario donde le dieron cinco puntos de sutura en un labio.
Tanto V. J. como su abogada, sostuvieron que no tuvo intención de causar daño, si no que lanzó el calzado “en evidente legítima defensa”, en palabras de la letrada, quien solicita la libre absolución para su defendida. Además, la acusada informó de que pocos meses después se dirigió a la lesionada para mostrar su arrepentimiento, diciéndole que lo sentía e interesándose por el estado de la herida.
En el juicio testificaron el marido de V. J. y una amiga, ambos presentes durante la pelea, quienes mantuvieron la versión de la acusada, mientras que la lesionada, quien también ha sido procesada en el Juzgado de Menores en relación con estos hechos, admitió la pelea entre ambas pero afirmó que cuando recibió el impacto del zapato ya habían sido separadas, estaba sujeta por otras personas y no tenía intención de atacar a su oponente.
