En la liturgia de la Eucaristía, el gesto de la paz se sitúa antes la comunión para predisponer a los católicos a recibir el sacramento con un símbolo de reconciliación en el que se implora la paz antes de compartir el cuerpo y la sangre de Cristo. Un apretón de manos o un beso rubrican este deseo de paz, que ahora las medidas de prevención anticontagio del coronavirus han dejado reducido a una inclinación de cabeza entre los feligreses más próximos.
La pasada semana, el Obispado de Segovia hacía suyas las recomendaciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) para evitar el contacto físico en todas aquellas celebraciones litúrgicas, religiosas o devocionales en las próximas semanas.
La aplicación ha sido inmediata y en la gran mayoría de las parroquias segovianas , el pasado fin de semana sus párrocos han dado a conocer estas recomendaciones, asumidas por los católicos segovianos con normalidad y espíritu de colaboración, según aseguraron a esta redacción fuentes diocesanas.
El cambio en el saludo de la paz ha sido quizá la iniciativa que más ha llamado la atención y que más ha costado interiorizar a la hora de participar en la misa.
Así, las personas de mayor edad “se hacían un pequeño lío” a la hora de dirigirse a sus vecinos de banco en la iglesia para cumplir con el ritual, que veían cómo su mano tendida no era correspondida; aunque esto no supuso ningún problema para el normal desarrollo de la Eucaristía.
Del mismo modo, la administración de la Comunión también se ha visto afectada, ya que la mayor parte de los sacerdotes de las parroquias han optado por entregar la Sagrada Forma en la mano evitando depositarla en la boca de sus feligreses. Por su parte, los sacerdotes y las personas que distribuyen la Comunión cumplieron escrupulosamente la recomendación de lavarse las manos antes y después de prestar este servicio.
Por otra parte, un buen número de templos han seguido la recomendación de retirar el agua bendita de las pilas, y las agrupaciones y cofradías han reemplazado también sus tradicionales besamanos o besapiés a sus imágenes por otras señales de respeto como la inclinación o la reverencia, tal y como recomienda la Conferencia Episcopal.
Desde el Obispado se espera que la crisis sanitaria remita fruto del esfuerzo de las autoridades sanitarias, y se mantendrá la colaboración y el apoyo a las medidas hasta que sea necesario. “Creemos que hay bastante información y ahora sólo cabe esperar”, aseguraron las fuentes diocesanas.
