Muchos no recuerdan un Carnaval así en la villa de Cuéllar: apenas sin abrigo y luciendo el sol durante toda la jornada. La tónica general es siempre el frío de febrero y protagonistas de las temperaturas mínimas nacionales, pero el buen tiempo también favoreció a la localidad y se hizo notar en la participación durante todo el fin de semana.
Depsués de que el viernes iniciaran el Carnaval los más pequeños con los desfiles de los colegios, el sábado fue el turno de los más mayores. La noche dio comienzo en la Plaza Mayor de la localidad, con la concejal de Cultura, Maite Sánchez, dando el pistoletazo de salida desde el balcón del Ayuntamiento. La Banda Municipal y un grupo de batukada amenizaron el desfile que este año cambió de rumbo: pasó por la calle Santa Cruz, Las Parras, Plaza de Los Coches y Plaza de la Huerta Herrera. Los últimos puntos, llenos de público, contaron con la animación de grupos de amigos de todas las edades disfrazados. Los ritmos de tambores y cencerros se adueñaron de todas las calles del centro de la localidad dejando claro que el Carnaval había llegado. Entre los disfraces más originales se pudieron ver caramelos, pintores, piratas, brujas y toda clase de animales, un tipo de disfraz que sigue triunfando aunque pasen los años. Acompañaron también personajes de la Patrulla Canina, siempre bien recibidos por los más pequeños. En la Plaza de la Huerta Herrera tuvo lugar el concurso de disfraces de adultos, que contó con cuatro participantes: ‘La Colmena’, ‘Cuellarvisión’, ‘El Desfase’ y ‘Los Perris’. Los cuellaranos vestidos de los cantantes triunfadores en las últimas ediciones de Eurovision fueron los triunfadores de la noche por su originalidad: se hicieron con los premios a mejor disfraz (300 euros) y mejor puesta en escena (200). ‘La Colmena’ se quedó hizo con el premio de 100 euros, y no se registraron participantes ne la categoría de ‘chirijotas’. Cabe destacar la labor de las jóvenes cuellaranas emulando un equipo de Ferrari, que además animaron todo el desfile con coreografías y cánticos. Igualmente, el grpo de abejas formado por los usuarios de Fundación Personas de Cuéllar dio la nota de color y humor. La noche, corta para algunos, contó con la música de charangas hasta altas horas para celebrar la noche del sábado de Carnaval como merece.
TURNO DE LOS NIÑOS
El domingo, como es costumbre en la localidad, se reserva a los más pequeños. Es su turno y el de mostrar las creaciones que suelen llevar a cabo junto a sus padres y madres, o con sus compañeros de clase. Un total de ocho grupos participantes se dieron cita a primera hora de la tarde en la Plaza de La Soledad, pero también lo hicieron los zancudos de Apatazanca, que amenizaron todo el desfile y lo hicieron realmente vistoso. El buen tiempo echó a la calle a decenas de personas que se contagiaron con los ritmos carnavaleros que de nuevo ejecutaron los alumnos de percusión de la Escuela de Música Cecilio de Benito. En el desfile y concurso participaron variopintos grupos que demostraron una vez más cuánto trabajo hay detrás de los disfraces. Padres, madres y niños se disfrazaron de La Abeja Maya y sus amigos, pero también del divertido juego “Tragabolas”, con patinetes incluidos. También se pudo ver a varias cartas de la baraja, un original disfraz que además fue acompañado de truco de magia en el escenario, de la mano de la maga que acompaóo al grupo ‘Chan Tatachán’. Los animales del fondo del mar los representó el grupo ‘Oceanix’, y una simpática colección de escarabajos y hadas del bosque formó otro de los grupos participantes, ‘Y la montaron los escarabajos’. Otros animales también llenaron el concurso: las avestruces; el grupo ‘Corredores a sus puestos estaba formado por niños y padres montados en avestruces que amenizaron el desfile corriendo por las calles. Y además de todos estos animales, llegaron seres del espacio, ‘La patrulla espacial’, con sus ondas de burbujas que decoraron un colorido desfile por todas las calles del centro de Cuéllar. De lejos pero no tanto como el espacio, volvió un año más el grupo de Encinillas, vestidos de geishas y con un dragón chino que hasta escupía humo. Otro de los grupos se basó en un clásico de la literatura, Pinocho, y padres, madres y niños del colegia La villa formaron este grupo de “narices largas”. Una abarrotada Plaza de la Huerta Herrera presenció la puesta en escena de cada grupo que, con bailes, música y hasta magia amenizaron la tarde. El jurado del concurso deliberó que, a pesar del altísimo nivel, los premios quedarían así repartidos: primer premio a los Escarabajos, segundo a ‘Pinochada’, y tercero a ‘La Patrulla Espacial’. Prosigue el Carnaval con música hoy en la villa, en el pabellón para los más pequeños, y en el gimnasio de La Villa para los jóvenes de 12 a 16.
