El secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, aseguró ayer que los socialistas no aceptarán una revisión a la baja del Estado autonómico, cuyo desarrollo consideran «un éxito de todos», aunque sí defendió la abstracta necesidad de aplicar «ajustes» en el modelo para evitar duplicidades y «ser más eficientes».
Espoleado sin duda por las palabras pronunciadas la pasada semana por el ex presidente del Gobierno José María Aznar, quien sostuvo que la actual situación, con 17 aparatos administrativos, es insostenible, el número tres del partido de Rodríguez Zapatero insistió en que la organización española sí es financieramente «viable» pese a lo que dijo días atrás acusó al antiguo inquilino de Moncloa de «irresponsable» por cuestionar el actual planteamiento político y sostener incluso que la economía española está intervenida «de hecho».
Iglesias se esforzó por defender a ultranza la vigencia del Estado autonómico, sin el que, según explicó el que fuera presidente aragonés, no se podrían explicar «de ninguna manera» los avances que ha experimentado España en los últimos 30 años.
«Necesita su puesta a punto para ser más eficiente, no para disminuir el nivel de autogobierno de las comunidades autónomas», continuó Iglesias sin hacer la más mínima referencia al astronómico déficit de las regiones.
En su intento por justificar un modelo que mantiene a 17 autonomías, el número tres de Ferraz llamó la atención sobre la «contradicción» que supondría una «revisión a la baja del Estado autonómico» cuando, sostuvo, se acaban de aprobar los Estatutos de segunda generación.
Muy similares fueron las razones esgrimidas por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, quien admitió «distorsiones y duplicidades» en el sistema, aunque aseguró que este Gobierno no va a suscitar ahora, como no lo ha hecho en dos legislaturas, ningún planteamiento «recentralizador o renacionalizador» de España.
Más pragmático, aunque igual de inconcreto se mostró el propio presidente Zapatero, quien informó al Financial Times de que el Gobierno «intervendrá» si las Comunidades no recortan su gasto y sus niveles de deuda.
En fuerte contraste con las tesis socialistas se posicionó el líder del PP, Mariano Rajoy, que aseguró que «no se trata ahora de hacer una enmienda de totalidad» al Estado autonómico, sino de «dar pasos hacia lo posible y lo que es bueno». En este punto, explicó que el PP fijaría un techo de gasto y convocaría a las comunidades autónomas para hacer una ley de unidad de mercado.
La receta de Rajoy
Asimismo, Rajoy subrayó que el Estado puede «ejercer la capacidad que le da la Constitución para hacer una legislación básica», ya que, a su juicio, lo que no puede ocurrir es que, por ejemplo, en una comunidad sea gratis una operación y en otra no lo sea. Eso sí, ha dicho que no se le ha «pasado por la cabeza privatizar la sanidad».
Al ser preguntado si el PP propondría reformar el sistema autonómico, el líder de los populares recordó que el Estado de las Autonomías existe porque los españoles lo decidieron en 1978 al aprobar la Carga Magna y añadió que en estos 30 años ha habido «cosas muy buenas» como «reconocer la singularidad de una España plural» o «acercar la administración a la gente».
Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, explicaba que es «imprescindible» un pacto de Estado para racionalizar el modelo autonómico, ya que el actual es «muy caro», y censuró al PSOE por no haber querido «hacer nada».
