Pocos pueden presumir de tener un currículo académico y deportivo como el de Antonio Tabanera Manzanares. Con 19 años, este joven segoviano ha recibido en su aún corta carrera como estudiante distinciones como el Premio Extraordinario de Bachillerato y hace algunos días era galardonado con el premio al mejor expediente académico de primer curso en la Universidad Politécnica de Madrid en la especialidad de Ingeniería Aeroespacial, que comenzó el pasado año tras completar con brillantez su paso por la enseñanza media.
Si importantes son los éxitos académicos, no lo son menos los deportivos, que compagina con su actividad estudiantil. Así, Tabanera es subcampeón de España en pista al aire libre en la categoría sub 20 en vallas, y también en pista cubierta, títulos ambos que obtuvo con su actual club el FC Barcelona, y está considerado como uno de los vallistas más prometedores del atletismo español.
Pero Tabanera no presume. La presunción no forma parte de su cultura, basada en el esfuerzo diario que le permite recoger los frutos en forma de premios, que en el caso del de mejor expediente académico en su primer año como universitario interpreta como el reconocimiento a un trabajo constante y eficaz. “Para mi, este premio ha sido el reconocimiento a todo lo que he estudiado, porque sacar las cosas cuesta bastante y es una recompensa que anima a seguir en esta línea”, asegura el joven estudiante segoviano.
La elección de la Ingeniería Aeroespacial como objeto de sus estudios universitarios no fue fácil, y aseguró que tras terminar el bachillerato “no tenía claro que es lo que iba a estudiar”. “Siempre me había llamado la atención el mundo de la aeronáutica y el espacio, y la Ingeniería Aeroespacial parecía la mejor opción- señala Tabanera- y por lo que estoy viendo hasta el momento no estoy decepcionado”.
De cara al futuro profesional, sus estudios le abren puertas a opciones como el diseño de aviones, el control del tráfico aéreo o la participación en proyectos y misiones espaciales, pero el joven segoviano prefiere ir despacio y completar su carrera para después poder orientar su vida profesional.
Para ello cuenta con el apoyo decidido de su familia, a la que considera un pilar fundamental en todo este tiempo, y valora el esfuerzo que realizan para ayudarle a construir su futuro. “Mis padres han sido deportistas y saben bien cómo se deben hacer las cosas –asegura- y siempre me ayudan”.
El deporte y los estudios copan la mayor parte de la jornada diaria de Antonio Tabanera, que se desplaza diariamente desde Segovia a Madrid, donde dedica la mañana a los entrenamientos en el grupo de vallas del Centro de Alto Rendimiento junto a los mejores vallistas de España, y tras un breve paréntesis para el almuerzo, las tardes y las noches son para las clases y los estudios.
“La verdad es que no hay mucho espacio para el ocio –explica-, y aprovecho los periodos sin exámenes o con menos intensidad de trabajo para buscar ratos de descanso, pero en el entorno de familia y amigos entienden que no puedo estar con ellos tanto como quieren, porque en gran parte también están relacionados con el deporte”.
