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Manuel Fernández Fernández – Para entender la memoria histórica

por Redacción
1 de febrero de 2020
en Opinion, Tribuna
MANUEL FERNANDEZ FERNANDEZ
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Leí días pasados en las páginas de “El Adelantado de Segovia”, diario libre, democrático y abierto a todas opiniones, el titular que dice “Un libro para entender la memoria histórica” y por subtítulo Se presenta en Segovia “Construyendo memorias entre generaciones, tender puentes, buscar verdades, reclamar justicia”, una más de las que este colectivo organiza en nuestra ciudad y provincia, que en el mismo ejemplar en distinta página también comentaba que en la Sala Julio Michel de la Cárcel, el Colectivo Republicano Antonio Machado arranca el ciclo de cine social “Sin ataduras”.

Por cierto, Antonio Machado poeta andaluz y republicano al que el consistorio no cesa de homenajear, mientras se defenestra al segoviano Antonio Rivera, estudiante de medicina, muerto en la defensa del Alcázar de Toledo, que repetía “Tirad, pero disparad sin odio. El odio es como la polilla que corroe lo habido y por haber”, sitio por cierto, en el que con tanto odio los rojos fusilaron a sangre fría al adolescente Luisito Moscardó, o al científico, artillero y ministro José María Fernández Ladreda, que tanto favoreció y dio vida y progreso a la ciudad de Segovia, al que despojaron de la denominación de su avenida, la calle que él proyectó, así como otras importantes vías urbanas, accesos a la ciudad, abastecimiento de aguas, o electrificación de la vía férrea Segovia-Madrid…

El ejecutivo socialista-marxista segoviano no sabe ya cómo recordar a Machado que aquí proclamó la República, y a los que dicen caídos en defensa de las libertades, mientras no cesan en su desprecio por quienes rezan por los caídos “por Dios y por España”.

Loable la incansable actividad de estos historiadores, máxime cuando se trata de informar y formar a las nuevas generaciones, que como bien dicen en su publicidad “El volumen recoge una serie de reflexiones de personas procedentes de distintos ámbitos académicos y que tienen en común que, pese a no haber vivido la dictadura franquista o los años de la transición política española, muestran gran interés por ese periodo, y por ello se han dedicado a estudiar e investigar sobre el mismo”.

Loable también el “ojo clínico” que han tenido al presentar su nueva criatura bibliográfica en esta Segovia en que alcaldesa y ejecutivo municipal que al tomar posesión afirmaron y prometieron, con palabra de político, que gobernarían para “todos”, pero se les ha ido olvidando y parecen obsesionados con promover actos y eventos de color zurdo, para lo que parecen haberse adueñado de algún espacio público envuelto en papel de regalo de simulación cultureta, al tiempo que no cesan en su afán de cumplir hasta exprimir la rencorosa y mal denominada memoria histórica, que no es ingenioso ni novedoso decirle obsesión “histérica”.

La portada del libro, cuya autora es Ana Messuti, quien interpuso en 2010 la querella Argentina por las víctimas franquistas, y sigue en ello, lleva un dibujito estilo cómic con un “bocadillo” en que los jovencitos dicen “Y entonces me di cuenta que si aquella carretera estaba despoblada debía ser porque los fascistas no andaban lejos”…

Al leer nombres del cuadro de delivery team y ponentes de la jornada y conocer bien la obsesión con la época franquista y su represión, que no cesan de manifestar e intentar mentalizar a la ciudadanía, y sabiendo de su currículum investigador y docente, para que no quede un vacío en su interesado tratamiento del citado periodo histórico, y para que de veras sea histórico y no quede en histérico, y para que “estos jóvenes ávidos de memoria” tengan mayor “espacio de libertad”, les recuerdo que además de las lamentabilísimas víctimas causadas por el bando franquista, existieron otras igual de sensibles y lamentables víctimas, asesinados y masacrados por el otro bando, el llamado republicano, recuerdos que siempre son justo y necesario dedicarles, pero ya con casi un siglo de distancia con similar serenidad con que estudiamos lo ocurrido en nuestras guerras de sucesión, carlistas, francesada o… guerra civil.

Sólo echar un ligero vistazo a los títulos de su obra bibliográfica justifica recordar algo sobre “la otra orilla”: “A recoger bombas”, “Me colocaron la D de desafecto”, “Trabajos forzados para los prisioneros de guerra; estudio del territorio castellano –leonés”, “Rebeldía sin arrepentimiento. La prisión Central de mujeres de Segovia”, “Lucha tras las rejas franquistas”…, o “Querella Argentina por las víctimas del franquismo”, o la tesis sobre las exhumaciones en la España contemporánea…

Entiendo que, así como el trabajo del profesor es la enseñanza, la tarea del bancario es manejar los dineros del cliente, la misión del médico es la salud y bienestar del paciente, la del investigador e historiador debe ser la búsqueda de la verdad histórica, pues son notarios, no intérpretes a capricho, o sólo de una parcela de los hechos, por lo que, entendiendo que ya lo saben, solamente se les olvida citarlos, les recuerdo para que lo muestren asépticamente como corresponde a creíbles historiadores, y para que paralelo a los poco oportunos “Día de las víctimas del franquismo” y “Día del reconocimiento a las víctimas del exilio”, se recuerde a las innumerables víctimas del odio marxista, como por ejemplo los 5.000 prisioneros masacrados en Paracuellos del Jarama, entre ellos un centenar de menores, o los 54.594 víctimas por el grave delito de ser religiosos, que con nombre y apellidos conserva el Archivo del Santuario Nacional de Valladolid, 13 0bispos, 4.2172 sacerdotes, 2.364 frailes, o ese cura Juan Molina Teviño al que sacaron un ojo, maltrataron y, todavía con vida, arrojaron a la Mina de La Jarosa; o el también sacerdote Gabriel Campillo Sánchez, arrastrado, cortado un brazo, aplicadas velas encendidas, y, todavía agónico, obligaron a beber orines…Esto, todo esto y mucho más, también es “memoria histórica”. Silenciarlo, mientras obsesivamente se habla de víctimas del franquismo, es cinismo, odio visceral e impúdico revanchismo disfrazado de legal, justiciero, y hasta humanitario.

Así lo entiende la U.E. que pide, exige, al gobierno español que retiren honores y recompensas a los Carrillo, Pasionaria, Legrín, Largo Caballero, Líster… y a las Brigadas Internacionales, los responsables de Paracuellos y los asesinos del Cuartel de la Montaña.

Escribo esto para mejor entender la “memoria histórica”, cuyo fin, además de aprender y honrar a quienes la protagonizaron, es conocer sus errores para no volver a repetirlos, que parece que hay algunos que quieren volver a tropezar en la misma piedra.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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