La selección española de fútbol se medirá mañana a Guinea Ecuatorial en Malabo, la capital de esta antigua colonia patria. En principio, un partido amistoso más, de cara a la preparación de la ‘roja’ para el Mundial de Brasil del próximo verano. Sin embargo, en las últimas horas, el choque, que según confirmó ayer la propia Federación Española de Fútbol (RFEF) cuenta con el beneplácito del Consejo Superior de Deportes, ha trascendido más allá de lo deportivo para adquirir una dimensión política que está empañando la imagen de la vigente campeona.
El encuentro nació ya con cierta polémica, puesto que, en realidad, nunca debió jugarse, ya que el organismo federativo tenía previstas otras citas para este ‘parón’ internacional. Sin embargo, esos duelos se ‘cayeron’ a última hora y la institución presidida por Ángel María Villar tuvo que improvisar entre la multitud de ofertas que llegaron a la sede de la selección.
Por aquello de que España ganó su único Mundial en Sudáfrica, se decidió hacer un guiño al país organizador de aquel torneo jugando uno de los amistosos en Johanesburgo, la ciudad donde el 11 de julio de 2010, la ‘roja’ venció a Holanda en la final. Sin embargo, y ahí comenzó la polémica, el combinado de Del Bosque hará una parada previa en Guinea para disputar otro encuentro. Y, además, lo hará sin recibir un solo euro, una circunstancia sorprendente, puesto que los partidos de la campeona se cotizan a un precio muy elevado.
Así lo confirmó el propio presidente de Guinea, el dictador Teodor Obiang, que agradeció el ‘gesto’ a la selección.
Sin embargo, según algunos medios, ese gratuidad conlleva una ‘cara B’ que apunta directamente al Gobierno de Madrid. Al parecer, la Federación recibió la sugerencia de jugar en el país africano para favorecer así las relaciones comerciales con Guinea, especialmente en el negocio del petróleo.
Desde el organismo, ni confirman ni desmienten esa información y su presidente se limitó ayer a evitar cualquier clase de comentario sobre el encuentro fuera de lo puramente deportivo. En la misma línea, los internacionales que tuvieron encuentro con la prensa, como Fernando Llorente o Marc Bartra, declinaron opinar sobre el tema y se limitaron a hablar de la preparación de España de cara al Mundial. A pesar de ese silencio, diversos rotativos indicaron que los jugadores han pedido a la Federación que evite cualquier tipo de acto oficial. Entrenamiento y partido y nada más, habrían reclamado los futbolistas de la ‘roja’.
Mientras, fuera de la concentración, las voces en contra del partido no cesan. A las protestas del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio, con sede en España y presidido por Severo Moto, se ha sumado estos días la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD y PNV y ERC, que han instado al Gobierno de Mariano Rajoy a que realice un boicot institucional al choque.
Desde el país africano no tardaron en reaccionar. El secretario general del gubernamental Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), Jerónimo Osa Osa Ecoro, lamentó la «politización» del duelo.
