Pese a que organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) aplauden el giro dado por la economía española, asegurando que la incipiente recuperación iniciada en la segunda mitad de 2013 «ha ganado fuerza en el primer trimestre de 2014», o que primeros espadas de la política nacional perciban cierta alegría en los ciudadanos porque «la situación está cambiando», en la casa del parado no están para fiestas.
Y es que según los datos de Eurostat recogidos por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) y publicados hace unos días, la tasa de paro de larga duración en España alcanzó el pasado año el 13,1% de la población activa, 11,4 puntos más que en 2007, antes del inicio de la crisis, y muy por encima del 5,1% de la media de los Veintiocho, donde se ha incrementado solo dos puntos desde 2007. Solo Grecia, donde el paro de larga duración se ha incrementado hasta alcanzar el 18,4% de la población activa, supera a España. Así, un 49,7% de los desocupados nacionales llevan sin empleo un año o más, lo que hace urgente tomar medidas para que el problema «no se enquiste más», según el IEE.
En los demás países de la Unión, también destacan Croacia, con una tasa de inactivos de larga duración del 11%, seguida de Eslovaquia (10%), Portugal (9,3%) e Irlanda y Bulgaria, donde supera el 7%. Italia cerró 2013 con un 6,9%, seguida de Chipre (6,1%) y Letonia (5,8%). Eslovenia y Lituania se sitúan en torno al promedio de la UE (5,1%).
Por debajo de la media, destacan Francia y Bélgica, con cifras de alrededor del 4%, y el Reino Unido, con un 2,7%, así como Alemania y los Países Bajos, con un 2,4% ambos. En Dinamarca, Luxemburgo, Finlandia, Suecia y Austria las tasas de desempleo de larga duración son de las más reducidas, situándose en todos los casos por debajo del 2%.
No obstante, y pese al drama que supone para los hogares caer en paro, un problema del que muy pocos ciudadanos nacionales están exentos, el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, adelantó que el Gobierno tiene la «convicción» de que los datos de desempleo y afiliación a la Seguridad Social «van a seguir siendo buenos en los próximos meses».
Superar las previsiones
«Estamos confiados en superar todas las previsiones. Hace falta confianza en las posibilidades del país», añadió, y afirmó que los buenos resultados en los últimos meses «no están dando la razón» a los que auguraban que la decisión del Gobierno de obligar a cotizar por los salarios en especie afectaría negativamente a la actividad de las empresas.
Por su parte, el titular de Economía, Luis de Guindos, recordó que España viene de una «profundísima recesión» en la peor crisis de las últimas décadas, aunque insistió en que «se está empezando a ver la luz al final del túnel».
El ministro, teniendo en cuenta a los desempleados, señaló que en el mercado laboral nacional «hemos logrado cerrar la hemorragia», e indicó la expectativa de que con tasas de crecimiento del PIB de entre el 1 y el 1,5% el país «generará» puestos de trabajo.
Para los expertos, la evolución del último año corrobora que el desempleo de más larga duración será la peor herencia de esta crisis, la más difícil de afrontar. Una complicación que bautizan con otro de esos términos que amenaza con popularizarse en la crisis, la histérisis; cuanto más tiempo se pasa sin trabajo, más dificultades hay para encontrarlo. Y más en España, cuando un 6% de la población activa lleva más de tres años desempleada. El incremento de los desempleados que, desanimados, dejan de buscar trabajo es otro síntoma de que el problema se enquista.
