La aprobación, a finales que año y en pleno municipal, de la liquidación del contrato del servicio de inmovilización, retirada y traslado de vehículos atendiendo al equilibrio económico acordado con la concesionaria, ha avivado el debate sobre la pertinencia de una municipalización de la grúa e, incluso, de la ORA. El motivo, la cada vez mayor desproporción a la que deben responder las arcas municipales para compensar el deficitario servicio de retirada de vehículos.
Como ejemplo, en el último ejercicio el servicio de la grúa generó unos ingresos a la concesionaria de 49.222 euros; mientras el equilibrio económico pactado se eleva hasta los 153.294,99 euros.
Este contrato, como el de la ORA, se prorroga anualmente en la actualidad –el de la grúa finaliza en junio y el de la ORA en septiembre–. Razón por la cual el Consistorio tiene ahora la libertad de decidir el futuro de una gestión que en estas circunstancias genera un importante desequilibrio entre su coste directo y el que asume el Ayuntamiento.
Como han informado en distintas ocasiones, el equipo de Gobierno municipal lleva tiempo estudiando la posibilidad de asumir la gestión directa de distintos contratos y los dos mencionados son algunos de los que requieren una más inmediata decisión.
Esta, asegura la concejala de Tráfico, Transportes y Movilidad, Claudia de Santos, no dependerá solo de la búsqueda de una más eficiente gestión económica, sino de un replanteamiento integral de la movilidad en la capital. “Hay que tener una visión conjunta de la movilidad y analizarla como un todo. No podemos pensar en hacer un análisis de la grúa o de la ORA que esté aislado del servicio de transporte o de los parkings. Por ejemplo, hay un aparcamiento municipal, como es el de José Zorrilla, que lógicamente pide medidas en relación con la movilidad que favorezcan su uso; esto se puede hacer regulando los aparcamientos en superficie, teniendo una política de acercamiento en tarifas y precios a los habitantes de la zona o incluso a la gente que viene del alfoz”, explica De Santos.
En cualquier caso, la municipalización –una de las posibilidades, todavía abierta a cualquier salida– no sería un proceso fácil. “Es un asunto complejo que tenemos que analizar, porque implica, por ejemplo, unas necesidades de tecnología o unos trabajadores a los que habría que subrogar”, advierte la edil. n
