Cosas que ocurren en la vida. El pasado día 5 me encontré, en una de nuestras “sufridas” calles, a un personaje muy conocido en la ciudad por estas épocas, el Príncipe Aliatar, pregonero de la venida de los Reyes Magos de Oriente. Nunca había tratado directamente con él, pero esta ocasión era para aprovecharla, y le abordé con toda naturalidad, pero, eso sí, con el debido respeto por tratarse de un alto personaje que se dedica a anunciar a niños y mayores, por todo el mundo, la buena noticia de la llegada de los Reyes Magos. Bueno, salvando las distancias, y con todo respeto, algo así como hizo el Ángel en Belén para anunciar a los modestos pastores la llegada del Rey que esperaban.
Pues, bien, el regio mensajero se permitió, por eso ahora tan de moda que es lo de la libertad de expresión, contarme que este año, los Reyes Magos venían desde Oriente con muchas cargas de carbón, porque en esta España nuestra se estaban haciendo las cosas muy mal (y bajando la voz dijo con cierto misterio: “Y en esta tu Segovia, tampoco andan muy bien”).
Las palabras del Príncipe Aliatar me hicieron pensar, primero, que eso del carbón no viene mal ahora que aquí se están poniendo en entredicho las minas carboníferas, y como no sabemos por donde va a salir la cosa, si se cierran todas o se mantienen, pues esas toneladas de regalo de los Magos van a venir muy bien, sobre todo para algunos hogares en los que la electricidad se va a tener que racionar, porque, según se está anunciando ya, entre las “grandes” y “favorecedoras” novedades del presente y todavía jovencito añito, está la del incremento de la factura de la energía eléctrica. Y lo malo del caso es que si tenemos que recurrir a ver a “media luz” las nuevas facturas, nos vamos a quedar medio bizcos, pues junto a ella vamos a tener que sufrir también otras subiditas como las de las tarifas de la autopista AP 6, de los carburantes, del tren, de los taxis y no sé cuántas más. Todo se justifica como “pequeños incrementos”, pero el usuario, es decir, el buen ciudadano, tiene que hacer frente a todo esto y sin que a él le suban ni el sueldo ni las pensiones. Tampoco la cosa de la vivienda parece que va a seguir muy “tranquila” en nuestra ciudad, por lo que el partido dominante en el gobierno municipal acaba de estrenar una Casa del Pueblo que supongo estará libre del IBI que por pertinaz empeño de los gobernantes tenemos que abonar un buen número de ciudadanos. Y me llama la atención el nombre de la nueva sede porque me trae el recuerdo del vetusto edificio que en la calle de Gascos llevó el mismo título hasta prácticamente la llegada del franquismo.
En definitiva que para los que tienen autoridad todo va bien, y para los que la tenemos que soportar, no tanto. Porque también parece que muchos vecinos que esperaban la llegada de sus encargos a través de Correos, han encontrado en sus buzones de correspondencia el consabido papelito de aviso “Por encontrarse ausente en este momento, puede ir a recoger su encargo a la oficina principal”. Y, claro está, en la oficina principal siempre había largas colas que soportar.
Bueno. Paciencia. Tendremos que esperar a que los mandamases se decidan en este nuevo año a hacer unos planes generales, amplios, al margen de las menudencias “culturales”, que lleguen a abarcar un estudio completo del estado del pavimento de la gran mayoría de calles y plazas de la ciudad, de la situación del alumbrado público muy deficiente en diversas áreas y en dotar a distintos y estratégicos puntos de la ciudad de unos servicio higiénicos adecuados, que estén en consonancia con el deseo de que cada día lleguen más turistas a Segovia. Porque, a más visitantes, más necesidades de servicios públicos de toda índole para poder atenderles adecuadamente.
Ante este panorama local, y el tan complicado nacional, no me ha extrañado que me llegara, ayer precisamente, un “correo electrónico” del Príncipe Aliatar en el que muy escuetamente me decía: “Y los Reyes Magos, ante la situación que se vive, optaron por volver a sus países por otro camino, para no pasar ante el Congreso de los Diputados”.
