El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es consciente de la dificultad que va a encontrar, cuando regrese a España de su gira asiática, a la hora de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Sacar adelante las cuentas es su máxima prioridad en el ámbito económico y el socialista sabe lo complicado que resultará encontrar aliados en el Congreso. Por eso, previendo que el PNV podría ser su único socio en la votación, el líder del Ejecutivo señaló ayer que, si cuenta con el apoyo de los nacionalistas vascos, se abriría un escenario de «colaboración» más fluida con ese grupo de cara al futuro.
Zapatero, de viaje oficial en Japón, no quiso hablar de una eventual prórroga de las cuentas de este año si no consigue respaldos para sacar adelante las de 2011, porque mantiene su optimismo. Según apuntó, él no ha intervenido todavía en las negociaciones, que dirigen la ministra de Economía, Elena Salgado, y el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso. Pero sí que reveló que antes de iniciar su visita llamó al presidente jetzale, Íñigo Urkullu, para ponerse de acuerdo en el inicio del diálogo.
En esa negociación se han abordado numerosos asuntos, desde la reforma fiscal que se incluirá en los presupuestos, hasta la reforma de las pensiones y la ley de economía sostenible.
Sin embargo, insistió en que los socialistas hablarán con todos los grupos y volvió a citar en concreto a Coalición Canaria y UPN.
Zapatero no considera que las negociaciones en marcha con el PNV puedan molestar al lehendakari, Patxi López, ya que, recordó, con el Ejecutivo vasco «se ha negociado, se negocia y se negociará» todo lo relacionado con la transferencia de más competencias.
Por su parte, el senador del PNV Iñaki Anasagasti sostuvo que su partido trasladó al Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero una «advertencia» para que las cuentas salgan adelante: si el PSOE quiere un acuerdo para aprobar los Presupuestos, debe hacer callar al «coro de bocazas» del PSE.
Así lo relató el nacionalista en su página de internet, en la que explicó que Zapatero volvió llamar al PNV para pedir su voto a favor de los presupuestos y se encontró una condición: «No hablamos de nada si previamente no habéis transferido las políticas activas de empleo en las condiciones pactadas el año pasado para que os apoyáramos los Presupuestos. Después de que esto se haya liquidado, hablamos de Presupuestos».
Ante una posible negociación entre los nacionalistas y Moncloa, el portavoz parlamentario de CiU, Oriol Pujol, advirtió a los jetzales de que, en caso de que decida pactar, tenga en cuenta que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «no es de fiar».
Sin llegar a emplazar abiertamente a los vascos a que se nieguen a aprobar las cuentas, Pujol sí les advirtió de que Zapatero «no tiene crédito» y «es difícil confiar en alguien que no tiene palabra».
«Somos gente escarmentada por sus falsas promesas y engaños reiterados. Le trasladamos esta advertencia al PNV», señaló el convergente, quien recordó que su partido ya tiene claro que bajo ningún concepto piensa apoyar los Presupuestos. «Que el PNV haga lo que tenga que hacer. Son suficientemente maduros e inteligentes», añadió Pujol, antes de recordar que los nacionalistas vascos se vieron «desalojados» del Gobierno de su Comunidad por culpa del pacto entre socialistas y populares.
