La ciudad del Acueducto ha aumentado este año la bonita costumbre de instalar en lugares públicos los simpáticos belenes, estas representaciones del más grande y trascendente suceso, la venida del Salvador, simpática costumbre que allá por el 1.223 iniciara San Francisco de Asís, “il poverello”, en Greccio (Italia), y que traería a España el monarca Carlos III de España y VII de Nápoles, y su esposa Amalia de Sajonia allá por el 1.760 colocó el primer belén en el Palacio del Buen Retiro, con alguna de las 7.000 artísticas figurillas que se trajo de la corte napolitana.
Estas Navidades la nómina de nacimientos, belenes o pesebres monumentales instalados en Segovia se ha visto acrecentada con un espléndido trío que se ha sumado a los tradicionales, esperados y populosamente visitados de los de Hermanitas de los Pobres, Parador, Cristo del Mercado, Diputación, cada uno con su estilo y cada año con habitual entusiasmo y renovados detalles que los hacen los mismos y diferentes; damos, pues, la bienvenida a los que en el Torreón, Seminario y Obispado brindan mayor posibilidad de estas visitas familiares que tanto agradecemos, pues al tiempo que fácil lección catequética son muestra artística y ejemplo del plausible y silenciado trabajo artesano de los belenistas segovianos.
Parecen involuntaria reacción a la escasa sensibilidad o el poco respeto que algunas regidoras han mostrado colocando casi insultantes representaciones del belén, o ni siquiera han instalado en la vía pública el pesebre que justifica la festiva celebración de estas alegres jornadas, la Navidad. Una Navidad de gastos en luces y brillos, pero vacía de su auténtico contenido.
Al tiempo que aplaudo la tradicional instalación del pesebre con las divinas figuras casi de tamaño natural en la bonita Plaza de San Lorenzo, este barrio que incansable, laborioso y unido, no cesa de brindar actividad popular, cada año echo de menos aquel belén gigantesco que los también incansables vecinos del barrio de San Andrés, otro barrio ingenioso y activo, otrora colocaban por espacios y parterres de la Plaza de la Merced, con figuras que en tono caricaturesco reproducían rostros inequívocamente reconocibles del barrio representando a los divinos personajes, y que hubo de ser lamentablemente retirado por la pertinaz agresión de dañinos gamberros, tal vez esos que no paran de proclamar las libertades.
Con estas líneas, al tiempo que agradecer la constancia, originalidad, y belleza de los belenes tradicionalmente instalados, y pidiéndoles que sigan regalándonos esta catequesis hecha arte y trabajo en colaboración y equipo, muestra de su devoción y habilidad manual, quiero recibir con palmas como un Jerusalén entusiasmado, a estos tres nuevos belenes que además de señales o representaciones de nuestra tradicional religiosidad, dando sentido a estos largos días de vacación y asueto, son muestra de su buen hacer y recreo para nuestro espíritu, pues son auténticas obras de arte, que un nieto mío de cuatro años decía admirado al salir de uno de ellos, “parece un museo”…
Voy a empezar aplaudiendo al del Torreón que vuelve a sus tradicionales días de oferta de estas exposiciones de arte religioso, aquellas que en bonitos programas de mano titulaban “Navidad en el Torreón”, este año instalando el que la Asociación de belenistas del Cristo del Mercado, con tanto éxito exhibió las Navidades del 2014. Estos originales belenes de la Asociación de Belenistas del Cristo del Mercado cada año nos sorprenden gratamente al poner como ambiente del pesebre conocidos edificios de la ciudad como Acueducto, Alcázar, Catedral, la extinta iglesia de Santa Columba, los Arcos de Santiago o del Socorro, o los de su barrio, Estación de RENFE, Arco de Madrid, o la mismísima ermita, estando este año dedicado a la típica espléndida Plaza de San Lorenzo.
El monumental belén del claustro del Seminario es una bonita muestra del arte religioso centrado en el paisaje egipcio, con bonitas reproducciones de sus templos y enterramientos de los faraones. Siendo al tiempo que mensaje del nacimiento del Salvador, lección de la Historia y geografía del país del Nilo.
Finalmente quiero dar un fuerte y prolongado aplauso para los responsables, que me han dicho que el principal artífice ha sido un sacerdote quien se ha pasado el verano realizando tan impresionante obra, del belén instalado en una sala del claustro del obispado, cuyo palacio de almohadillado en graníticos sillares, antaño casa solariega de los Puñonrrostro y los Salcedo, en cuyo patio neoclásico trabajó el maestro José de la Sierra que así mismo intervino en la Catedral de Segovia, es digno continente, valioso cofre, para esta preciosa muestra temporal del arte religioso.
Las familias segovianas, y espero que foráneas que tengan la suerte de su contemplación admirarán el realismo del paisaje de nuestra montañosa Castilla, los cañones excavados por ríos y arroyos, por los que los pastores conducen sus rebaños, el agua corriendo por empedrados cauces, en los que lavan mujeres del pueblo y nadan los patos, y la barca varada en la orilla, o las chimeneas humeantes del caserío serrano, cubiertas con las perfectas diminutas tejas colocadas al estilo segoviano, y en los alto del roquedo, el enorme castillo de Herodes, didáctica imagen del castillo, ejemplo del mudéjar, de Coca.
Segovia, la ciudadanía, el pueblo que canta villancicos y celebra la navidad sabiendo que estas jornadas de calendario festivo lo son por celebrar la natividad, como “cumple” del Niño Jesús, ha multiplicado el número de belenes para recorrerlos en familia y en ese alegre y relajado camino entre pesebres felicitarse y confraternizar recordando el cántico de los Ángeles de “Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad”.
En el buzón de los Reyes magos he pedido muchas felicidades para todos, entusiasta enhorabuena a los artífices de tan bonitos belenes y que el Niño que nos nace y cada Navidad celebra con nosotros su “cumple” nos traiga una feliz continua Pascua y que el 2.020 llegue preñado de paz, salud y prosperidad, aunque nuestros políticos no alcancen a comprenderlo, que los Reyes Magos les traigan luces para el entendimiento y buena voluntad.
“Y el Verbo se hizo carne…“, y Segovia lo acogió y le puso pesebre en sus hogares, templos, instituciones y plazas, respondiendo con María, que aquí se llama Fuencisla, “Hágase en mí, según tu palabra”.
