El frío y la lluvia de diciembre saludaron al Elche en los minutos previos al encuentro, mojando un terreno de juego que, a pesar de las duras semanas que está atravesando en el apartado climatológico, aguantó de manera digna, aunque con el paso de los minutos se fue poniendo, lógicamente, más blando para acoger un partido en el que la Segoviana partía con algunas opciones de sorprender a un oponente que llegaba con un buen número de meritorios en sus filas, y que al final logró pasar la eliminatoria, pero sin dejar precisamente buenas sensaciones.
Todo lo contrario le sucedió a la Segoviana, que tuvo juego y arrojo como para haber obtenido un mejor resultado, pero adoleció de la pegada que sí tuvo el conjunto ilicitano. El gol es un asunto muy serio, y mientras que el Elche contó con un delantero como Mourad, que tuvo media ocasión y la metió para dentro, la Segoviana contó con jugadores que pusieron todo el criterio en la presión y en las acciones ofensivas… pero a los que se les apagó la luz dentro del área.
Salieron los dos conjuntos con cierto respeto al campo, pero pronto se le pasaron a la Segoviana los nervios, comenzando a dominar a un oponente que parecía no enterarse demasiado de lo que le pedía el partido, que era algo más de intensidad, sobre todo en el centro del terreno.
UN PENALTI QUE NO SE PITA
A los doce minutos de partido, un innecesario manotazo dentro del área de un defensor a Ivi le puso al árbitro en un brete, pero el manchego Díaz de Mera optó por desentenderse de la acción más peligrosa de los gimnásticos en este arranque del partido, comandados por un Dani Calleja que se veía mucho más liberado en sus acciones de lo esperado.
Fue creciendo el Elche de la mano de Pere Milla y Sánchez, que atacando por la banda que defendía Rubén eran capaces de sembrar una cierta inquietud en la zaga gimnástica, con Javi Marcos recibiendo una amarilla demasiado pronto. Pero la Segoviana respondía por la banda derecha, con Adrián muy activo apoyando las acciones ofensivas del equipo, aún a riesgo de recibir los rápidos contragolpes ilicitanos.
Con el paso de los minutos, los locales ya se mostraban descarados, y dominaban el partido a través de la posesión, aunque las ocasiones de gol no fueran excesivas. Un par de disparos lejanos de Dani Calleja y Rubén fueron el bagaje ofensivo del equipo local, muy atento también en el repliegue ante la calidad individual, mostrada a cuentagotas, de los futbolistas ilicitanos.
EL ERROR QUE CONDENA
Sin embargo, pasada la media hora de partido, llegó el error que decidió la suerte del choque. Un balón en largo hacia la posición de Mourad se encontró con la mala salida de David, que literalmente se ‘trago’ el cabezazo del delantero del Elche. Hubo tímidas protestas por la posición del delantero visitante, pero finalmente el gol subió al marcador.
Reaccionó la Segoviana como debía hacerlo, volviendo a controlar la pelota y buscando la portería de San Román, que se lució ante un disparo lejano de Dani Calleja, y detuvo con seguridad un lanzamiento desde la frontal de Rubén. Además, cuando el guardameta paso por verdaderos apuros, tuvo la suerte de cara en un envío al punto de penalti que se le quedó atrás a Calleja cuando ya se disponía a marcar. El Elche, que no había inquietado la portería azulgrana hasta el 0-1, no volvió a hacerlo en todo el primer tiempo, dedicándose a defender su renta con evidente acierto.
EL SEGUNDO ERROR
Ese acierto fue el que le faltó a Mfulu en el minuto 48, cuando cometió un inocente penalti sobre Dani Calleja. Asier cogió el balón con toda la confianza… pero estrelló su lanzamiento en el larguero en la segunda acción decisiva del choque. San Román recogió el esférico de la misma línea, y poco más tarde vio cómo el lanzamiento de Ivi se encontraba con el lateral de la red de su portería. Porque la realidad fue que la Segoviana lo intentó todo, y disputó un encuentro de lo más vistoso para el espectador, a pesar de que se llevó sus buenos disgustos durante el partido, porque la realidad fue que toda la suerte se vistió de verdiblanco.
Quiso Manu dar una vuelta de tuerca al partido, revitalizando el ataque con la presencia de Diego Gómez y Álex Conde, aún a riesgo de perder algo de fuerza en el centro del campo, que aprovechó el Elche para soltar un par de contras peligrosas, e incluso marcar un gol tras un testarazo de Ortiz en el lanzamiento de una falta, que fue anulado por fuera de juego.
Y fue entonces, a media hora para el final, cuando la Segoviana se desató, y se lanzó a tumba abierta a por el empate, sin importarle recibir el segundo. El Elche se defendió con orden, pero atacó con muy poco criterio, esperando que Mourad cazara algún balón en largo. El duelo que el delantero ilicitano mantuvo con Javi Marcos fue de muy alto nivel, aunque terminara con el central gimnástico con problemas físicos.
APAGÓN EN TRES CUARTOS
La toma de decisiones en los últimos metros fue la que terminó de condenar a la Segoviana, que se hartó de robar balones en el inoperante centro del campo ilicitano… para perderlos dentro del área visitante, ya fuera con lanzamientos desviados, o directamente sin lanzamientos cuando la ocasión pedía un chut antes que un pase de más. Pero teniendo en cuenta el palizón físico que se dieron los jugadores azulgranas, el reproche por algunos errores sería francamente injusto.
El 0-2 llegó desde los once metros. Asier se vio obligado a cometer penalti sobre Villar, y Pere Milla no falló ajustando su lanzamiento al palo. La victoria y el pase a la segunda ronda se fueron para Elche, y la Segoviana se quedó con la sensación de haber hecho el máximo para haber sorprendido a todo un equipo de Segunda. Pero los errores no se perdonan cuando hablamos de categorías superiores.
