Continuando con las críticas que los principales responsables del PP han vertido sobre la fecha fijada por el presidente del Gobierno para las próximas generales, el 20 de noviembre, el vicesecretario de Comunicación del partido conservador, Esteban González Pons, urgió ayer a José Luis Rodríguez Zapatero a que tome medidas y ponga en marcha «reformas profundas» para mejorar la situación de la economía española o, en caso contrario, adelante aún más las elecciones, porque el país «no puede estar así tres meses».
El conservador pidió al jefe del Ejecutivo que «haga algo» para «no abandonar España» y dejarla «a merced» de los especuladores, porque si no, no tendrá otro remedio que anticipar los comicios.
Eso sí, a diferencia de otros dirigentes populares, como Esperanza Aguirre, José Manuel Soria o Cristóbal Montoro, que han exigido estos días una fecha más cercana, Pons quiso matizar sus palabras, al insistir en que su partido solo reclamará el cambio de día si continúa la actitud del Gobierno de no realizar ningún cambio en su política.
Tal y como indicó, el PP no quiere un adelanto. Lo que desea esta formación es dejarle claro al líder socialista que en una situación como la actual, con la prima de riesgo de la deuda altísima y con un pago por intereses en la emisión de bonos muy caro, o hace algo, es decir, reformas, o deberá convocar elecciones de forma inminente.
Pons lo resumió así: «Reformas o adelantar las elecciones, pero algo tiene que hacer».
Eso sí, no precisó qué es lo que tiene que hacer ni comentó las medidas que podrían aprobar los Consejos de Ministros de los próximos días -se cree que pueden ser nuevas iniciativas fiscales- y solo subrayó que ese «algo» que haga, sea «genial o ridículo, pero que demuestre al menos que hay vida en la Moncloa».
El PP tampoco es que esté en desacuerdo con lo que ha hecho el Ejecutivo estos días de convulsiones financieras e, incluso, reconoció «alivio» al saber que ayer el Tesoro colocó más de 3.000 millones de euros en bonos.
Un alivio que, según Pons, se tornó después en preocupación, pues lo que se pagó por esas emisiones fue una de las cifras más altas de los últimos años.
Para el conservador, «España no puede aguantar» así hasta noviembre, «tres meses en blanco» y encima con «un Gobierno en funciones».
El país, según sus palabras, se convierte de esta forma en «la economía más débil» y en víctima fácil de los «ataques de los mercados y de los especuladores internacionales», por lo que un cambio de Gobierno, según aseguró, propiciaría que cesen esas embestidas financieras. Por tanto, si a España le cuesta mucho colocar su deuda y si a las empresas les resulta cada vez más complicado financiarse, apenas habrá dinero para crear puestos de trabajo. En resumen, para Pons, «cuanto más tarde el cambio» político, «más paro» habrá.
A Zapatero le queda, en suma, certificar su «amor a España» y que «no la va a abandonar» y preguntarse cuánto tiempo se puede aguantar así. Según reiteró, «tres meses no». «Se trata de saber si el país puede resistir tres meses los ataques con un Gobierno en funciones que no es respetado ni por su propio partido y que no hace reformas, que no reacciona. El problema no es cuándo quiere el PP que se hagan elecciones, sino cuándo las necesita España», sentenció.
