Este concierto, segundo de este ejemplar ciclo de otoño, nos ha dado la ocasión de escuchar a tres jóvenes intérpretes de la Escuela Reina Sofía, con una técnica ejemplar y con un programa que aunaba dos obras de virtuosismo, como son el rondó brillante para violín y piano de Schubert y uno de los caprichos para violín de Nicoló Paganinni, enmarcadas entre dos obras importantes del repertorio de cámara de todos los tiempos, la chacona de la partita nº2 para violín de Bach y la sonata para violín y piano de César Franck.
La labor del violín se alternó entre el ucraniano Andriy Murza y la japonesa Yoshiko Ueda y siendo acompañados por el pianista australiano, éste ya profesor de piano en la citada Escuela, Duncan Gifford, al que ya conocíamos acompañando a Rocío Jurado en un concierto de la Sociedad Filarmónica de Segovia.
Los dos violinistas son casi de la misma edad, alrededor de los veinteavos y con una técnica perfecta, de distinta madera pues, si el ucraniano abrió con la chacona de Bach, en una interpretación madura y dejando todo ese basto campo de abstracción que deja al oyente una libertad tan ancha como la estepa castellana en otoño para que analice esa interiorización de sensaciones y sentimientos, que no teniendo una causalidad lógica y científica, si tiene una relación con el tipo de forma, género o estilo de la música que nos llega del compositor que escuchamos.
La sonata de César Franck es otra cosa, es una obra que ha quedado como modelo del género y que se construye desde la perfección de los elementos constructivos, la aparente libertad de improvisación y gobernándolo todo una fuerza lírica a raudales, que aprovechó muy bien la violinista japonesa Yoshido Ueda para acercarse al primer tema de puntillas, con una suavidad y delicadeza orientales, en el que se nos hacen una serie de preguntas importantes para llegar a un clima grave y tierno en el recitativo y dar en el alegro final un clima esperanzador, pero terriblemente melancólico y expresivo, muy temperamental, si tenemos en cuenta la suavidad inicial impuesta a la obra. Una gran intérprete y muy bien acompañada por Gifford al piano.
El éxito de los componentes de la Escuela de Música Reina Sofía se hace patente una vez más, hay mucha técnica en los jóvenes intérpretes pero también mucha cabeza, dedos y fuerza expresiva. Una institución modélica y que hace honor a tan alto patrocinio de su título.
Ficha.-
Intérpretes: Andriy Murza, violín. Yoshiko Ueda, violín. Duncan Gifford, piano
Obras de: J.S. Bach, F. Schubert, N. Paganinni y C. Franck
Fecha: Domingo 17 de Octubre de 2010
Lugar: Casa de las Flores del Palacio Real de La Granja
Organiza: Patrimonio Nacional
Colabora: Fundación Albéniz y Escuela Reina Sofía
Patrocina: Fundación Prosegur
