Los ministros de Exteriores de Alemania, Italia y Francia pactaron una declaración conjunta en la que, “ante el agravamiento del drama de la inmigración” en Europa, abogaron por reformar el actual sistema de europeo de asilo, basado en la Convención de Dublín. El alemán Frank-Walter Steinmeier, el francés Laurent Fabius y el italiano Paolo Gentiloni acordaron dar una “fuerte respuesta europea” a la crisis de refugiados, la mayor que vive el continente desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El documento tripartito puso de manifiesto los “límites” y “deficiencias” de la actual normativa de asilo, “creada hace 25 años”. “Es necesario revisar su contenido y aplicación”, acordaron los tres ministros, según un comunicado del Gobierno italiano. El objetivo, añadieron, sería garantizar un reparto “justo” de los refugiados, ya que el actual protocolo establecería que un inmigrante que quiera solicitar asilo debe hacerlo en el país por el que entra a Europa.
Por otro lado la Comisión Europea defendió ayer sus propuestas para avanzar en una política de inmigración común, que se habría comprometido a acelerar, y recordó que su propuesta para el reparto de 40.000 refugiados de Italia y Grecia “todavía está pendiente” de materializar. “La primera propuesta que presentamos para reubicar a 40.000 refugiados en necesidad de protección internacional en un continente de 500 millones de habitantes todavía está pendiente”, según afirmó el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. “Esto es algo que debe hacer mirar atrás a la gente. También ayudaría a los que ven muy fácil criticar a Bruselas”, recalcó.
El Ejecutivo comunitario insistió en este sentido en no entrar en “un juego de culpas” con los Estados miembros por la responsabilidad de la crisis migratoria. “Lo que importa es trabajar juntos para una solución. El momento está maduro y todo lo que se necesita para una solución ya está ahí”.
