España ha cerrado hoy la última subasta del año colocando mucho más de lo inicialmente previsto, con intereses mucho menores y una fortísima demanda, gracias al apoyo del Banco Central Europeo (BCE) y a la confianza que ha despertado el futuro Gobierno de Mariano Rajoy, según los analistas.
De estos 5.639 millones, 3.717 millones han correspondido a letras a tres meses con un interés marginal del 1,88 % %, casi la tercera parte del 5,22 % aplicado en la anterior subasta.
Además, ha adjudicado 1.922 millones de euros a seis meses con un interés marginal del 2,53 %, menos de la mitad del 5,328 % de la subasta precedente, la rentabilidad más baja desde agosto.
Este resultado contrasta con la anterior emisión de estas denominaciones, que tuvo lugar el 22 de noviembre, cuando el Tesoro tuvo que pagar más del 5 % por letras a corto plazo, lo que para las letras a tres meses supuso la mayor rentabilidad desde 1993 -no hubo emisión a este plazo entre los años 1994 y 2002-, y para las letras a seis meses, el más alto desde 1997.
Por lo que respecta a la demanda de las entidades, en la puja de hoy ha rozado los 18.500 millones de euros, con lo que el ratio de cobertura -proporción entre la demanda y el importe adjudicado- ha sido de 3,2 veces.
Entre los factores que han permitido a España saldar con éxito su última emisión del año, el departamento de análisis de Inversis señala la liquidez que se ha comprometido a facilitar el Banco Central Europeo (BCE), que si bien sigue sin actuar como prestamista de última instancia a los gobiernos, tal y como sí hace con los bancos, «de manera indirecta apoya a la deuda gubernamental a través de la liquidez al sector financiero».
El estratega de Citi José Luis Martínez Campuzano, por su parte, también achaca al apoyo del BCE los últimos «diez días de subastas muy positivas, con fuerte demanda y mejor rentabilidad».
Sin embargo, en su opinión España se beneficia de tener un Gobierno «político», a diferencia de los gobiernos «técnicos» de países como Italia y Grecia, que además goza de una mayoría absoluta que le proporciona margen para tomar medidas.
El analista de Atlas Capital Félix López destaca sobre todo el papel del BCE, pero admite que el efecto político por la entrada del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, si bien cree que es «residual», es evidente.
Es la segunda ocasión este mes en la que el Tesoro ha adjudicado más cantidad de lo previsto, ya que el pasado 15 de diciembre colocó más de 6.000 millones de euros en obligaciones con distintos vencimientos, casi el doble del objetivo máximo que se había marcado, que era de 3.500 millones.
Ese día, pudo aplicar intereses marginales que oscilaron entre el 4 % y el 5 %, muy por debajo del 7 % precedente.
El efecto de la emisión era inmediato tanto en el mercado de deuda soberana española como en el de renta variable.
Así, la prima de riesgo de España, que mide el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, se reducía hasta 316 puntos básicos, trece menos que en la apertura de la sesión, con el rendimiento del bono español por debajo del 5,1 %.
La distancia que separa la prima de riesgo de España de la de Italia, que se ha ensanchado en los últimos días, se ahondaba ahora hasta superar los 150 puntos básicos, ya que el riesgo país de Italia era de 472 puntos básicos.
El principal indicador de la Bolsa española, el IBEX 35, por su parte, experimentaba un fuerte repunte inmediatamente después de la emisión y, tras comenzar la sesión casi completamente plano subía a media sesión más del 1,2 % y alcanzaba 8.300 puntos.
