“Esta noche he dormido muy bien”, afirma. Son los momentos previos a la presentación que, en teoría empieza a las 11,30 horas. Santander va con retraso. Es una tensa espera. Algo despistado llega Pedro Delgado al patio del Centro de Arte Reina Sofía. Un equipo de TVE le pregunta por el caso Contador. De repente, el revuelo. Arahuetes y el resto de la delegación llevan en el interior del edificio desde las diez de la mañana.
Pero ahora se le ve al alcalde. Asoma su rostro desde la tercera planta del edificio acristalada. Divisa a la prensa de Segovia y hace la señal de la victoria. Impacientes los periodistas esperan las declaraciones previas a la presentación. Y dicho y hecho. Por el ascensor bajan Arahuetes, la concejala Luquero, Preciado y el presidente de Caja Segovia, Atilano Soto. Ya en el patio del Museo, los periodistas abordan a la comitiva, que se encuentra con Pedro Delgado, que acaba de hacer la entrevista para TVE. “Estamos entusiasmados, tener la oportunidad de defender a Segovia es algo muy importante”, señala, una, muy emocionada, Luquero.
Entre tanto, sale la delegación de Santander, con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. “Están un poco pachuchos”, afirma una representante de Pamplona. Su alcaldesa, Yolanda Barcina, se deja también ver por el patio del Reina Sofia. La delegación de Segovia se hace una foto. Rápido, hay que subir. A “Perico” le da tiempo a decir que la prueba que tenía que superar Segovia era como “pasar el primer puerto”, utilizando el argot del ciclismo.
La espera en el patio, junto a la cafetería, se hace larga para la prensa. Pero al filo de la una del mediodía, bajan los segovianos. Liberados como el estudiante que acaba de pasar el examen. Rápido, Arahuetes, comparece ante la prensa y habla de la emoción que le ha supuesto defender a una ciudad “que ama”. “Somos optimistas”, dice. Y tras la obligada comparecencia ante los medios, la foto a las puertas del Centro de Arte Reina Sofía. A los protagonistas de la primera foto ahora se suman los que no habían bajado en la primera oportunidad: Sheila Cremaschi, Julio Michel, Rosa María Calaf, Onofre Vicente y María Marinas. Todos posan sonrientes detrás de un cartel de Segovia 2016. “Ahora daremos un paseo, comer… y volveremos para conocer la decisión”, afirmaba Preciado, que no ocultaba su optimismo y confianza, aunque también prudencia. “El jurado lo va tener difícil para decidir cuantas ciudades pasan el corte”, dice.
La pausa para comer da una tregua. Todos son comentarios sobre las posibilidades de Segovia y entre la expedición segoviana cunde el optimismo. Sobre las cuatro y media los periodistas comienzan a entrar en el auditorio donde el jurado emitirá el veredicto. Son más de 200 medios de comunicación acreditados. Una treintena de cámaras. No cabe un alfiler. “Qué locura”, dice un representante de Cáceres 2016 que luce la camiseta roja de la candidatura.
La delegación de Segovia es de las últimas en entrar. Están colocados en la zona más alejada del escenario, en una esquina de la amplia tribuna de butacas, que en ese momento estaba ya a rebosar. Sobre las cinco y diez entran Arahuetes y Preciado. Detrás Rosa María Calaf, que despierta la curiosidad de los compañeros de la prensa. “Viene con nosotros”, espeta un periodista segoviano a otro donostiarra.
Entre tanto, el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, saluda sin parar. La expectación crece hasta el punto que un representante del Ministerio tiene que pedir orden en la sala. Quedan pocos minutos para que el portavoz del jurado, Manfred Gaulhafer, anuncie la decisión. Tras un amplio preámbulo, el representante de la UE, en inglés, avanza que “son seis ciudades las preseleccionadas”. Y por orden alfábetico enumera las finalistas.
La primera, Burgos. Oir Burgos y a la delegación segoviana se le cambia la cara. Preciado mira al alcalde, un tanto agobiado por la multitud de fotógrafos que están en los pasillos de la tribuna. Sigue la lista: Cordoba, Donosti, Las Palmas (Preciado pone cara de extrañeza y vuelve a mirar a Arahuetes), Segovia…… y Zaragoza. Arahuetes, Luquero, Soto y Preciado saltan como un resorte del asiento y se funden en un abrazo. Antes, al oir el nombre de Segovia de boca del representante de la UE, ya se escuchó un grito de alegría de todos los segovianos presentes.
Las caras de los representantes de Santander y Cáceres, todo un poema. Y Luquero, con la lágrima. La delegación de Segovia atendió a los medios en la misma sala del auditorio. Y, después, las celebraciones, con la jota segoviana, que comenzó a cantar Fernando Ortiz y corearon todos los segovianos. El día de infarto acabó. Ahora toca soñar.