El informe encargado por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, sobre la trágica fiesta de Halloween fue presentado ayer y detalla que «en ningún momento» se comunicó demasiado tarde a la Policía Municipal la existencia de incidentes en el interior del recinto. Asimismo, se detalla que el propietario de la empresa Divier-TT y organizador del evento, Miguel Ángel Flores, reportó en un SMS que había 9.650 personas en la fiesta que acabó con cuatro chicas muertas.
Este estudio, encargado el pasado 1 de noviembre, indica que no hubo tales avisos ni por la organización ni por los asistentes. De hecho, relata que los agentes recibieron el aviso a las 04,00 horas personándose en el lugar de los hechos, donde se encontraron con un vigilante de seguridad que dijo que no tenía «conocimiento de nada». El Samur fue requerido a las 03,59 horas y la primera unidad llegó cinco minutos después.
De hecho, a las 23,00 horas, cuando se produce el relevo policial, la jefa del dispositivo contactó con el responsable de seguridad de Madrid Espacios y Congresos, «quien le transmite que todo discurre con normalidad y que el aforo no está completo».
Según el informe, a requerimiento de la Policía Municipal, el encargado acompañó a los agentes al túnel donde se halla el botiquín, constatando que «se encuentran estacionadas siete ambulancias y un todoterreno, todos ellos del Samur». En el interior, otro les informa de que Emergencias está atendiendo a tres personas y que otra se encontraba en otro lugar, sin precisar dónde.
Plan específico
Se da la circunstancia, como recoge el informe, que la empresa Seguriber elaboró un plan específico de vigilancia, con 38 profesionales, seis en el interior, y dos coordinadores en el exterior.
El documento revela también que personal de esta firma observó sobre las 03,50 horas cómo en el vomitorio del sector B de la planta baja se encontraba una chica tendida en posición fetal, a quien se traslada al servicio médico. Al lado del backstage, escuchan gritos de un joven pidiendo ayuda encontrándose con otra inconsciente. A las 04,05 horas se saca a otra joven inconsciente. 15 minutos después, comprueban que la Policía Municipal y Nacional, así como el Samur, ya están allí.
Sin embargo, «en el informe emitido por el jefe de seguridad de Seguriber no consta que el vigilante destinado en el centro de comunicaciones del Madrid Arena comunicase incidencia o alerta de emergencia apreciada a través de las cámaras». El escrito municipal señala que Madrid Espacios y Congresos tiene conocimiento de, al menos dos fallecimientos, hacia las 04,10 horas.
Los primeros incidentes registrados son documentados por Seguriber en torno a las 00,20 horas, cuando se desalojan botellones. A las 02,10 horas se detecta una aglomeración en una puerta de acceso. Cinco minutos después, se detectó que dos puertas de acceso de la pista a los vomitorios estaban precintadas con cintas, lo que lleva a Madrid Espacios y Congresos a retirarlas ya que son vías de evacuación. Hasta las 03,00, los únicos avisos de emergencias que se reciben son los habituales en eventos de ese tipo: intoxicaciones etílicas y traumatismos leves.
Mensaje de ‘sms’
También se tiene constancia de que el propietario de Divier-TT y organizador del evento, Miguel Ángel Flores, contestó al Ayuntamiento a las 10,45 horas del día 31 a través de un SMS: «Metimos 9.650 personas pero el aforo máximo que nos dais es de 12.000». Lo curioso es que era, realmente, de 10.620, y lo que pagó por el alquiler, 6.000 euros, era lo correspondiente a medio recinto. Otra irregularidad. Aún más sospechoso resulta que el 24 de octubre, al firmar el contrato, el empresario señala que al acto irían entre 4.000 y 6.000 jóvenes. Dos días después, y tras no comunicar un número definitivo, el Ayuntamiento comunica a la Delegación del Gobierno que irán 7.000. Las cifras son más que elocuentes.
