El lehendakari, Iñigo Urkullu, exigió a ETA y a la izquierda abertzale “el anuncio de desarme total, verificable, rápido y eficaz, y el reconocimiento del daño injusto causado”. Además, aseguró que el Gobierno vasco hará “un esfuerzo de búsqueda de consenso entre todos los partidos e instituciones” para la celebración del Día de la Memoria.
En su comparecencia tras el primer Consejo de Gobierno de ese nuevo curso político celebrado en el Palacio Miramar de San Sebastián, Urkullu manifestó que el final ordenado del terrorismo, no sólo el de ETA, “tiene aspectos como son el desarme, la política penitenciaria, el reconocimiento del daño injusto causado o la memoria de las víctimas, mirando también al futuro, no sólo al pasado”, que son “aspectos nucleares”.
“En esos ámbitos, como lehendakari, estoy dispuesto a colaborar con todos los agentes que entiendan que se pueden dar pasos en ese sentido” porque “en el ejercicio de desarme haya que haber una verificación por parte de agentes del Estado”.
En este sentido, recordó que su Ejecutivo presentó “un plan de desarme en diciembre del año pasado, donde se incluye también la representación del Estado como obviamente tiene que ser en un hecho de desarme”. “Y, si tiene que haber participación de agentes internacionales, que la haya”, indicó. A su juicio, lo que es “necesario” es centrar “bien” cuáles son los objetivos en orden a lo que es el final ordenado del terrorismo.
Iñigo Urkullu, que no ha querido hacer conjeturas sobre las decisiones que vaya a adoptar ETA, exigió a la banda y al conjunto de la izquierda abertzale “el anuncio de desarme total y verificable, rápido, eficaz, y el reconocimiento del daño injusto causado”.
“Creo que, en principios éticos, es exigible el reconocimiento del daño injusto causado y, en ese sentido, el conjunto de la izquierda abertzale, tiene todavía un camino por recorrer y completar, que inició visualizando el 2011”, dijo, para recordar que su petición está en sintonía “con el deseo de la mayoría de la sociedad vasca”. En relación con la Comisión Internacional de Verificación (CIV) y la escenificación en el mes de febrero del año pasado del sellado de un zulo por ETA, indicó que no se avaló “la escenificación de una entrega de armas que pueda parecer ridículo, sino el gesto de que hay un compromiso de entrega de las armas y de la propia entrega”.
