Poemas experimentales en los que las palabras se entrelazan, aparecen escritas en forma de círculo o rombo, salen de un revolver como si fueran humo o se mezclan hasta ser casi irreconocibles en una parte del folio, componen la exposición ‘Escrito está’, inaugurada hoy en Valladolid.
La muestra reúne el trabajo de más de trescientos poetas, músicos y pintores, realizado entre 1963 y 1984, y que supone un testimonio de una época “prodigiosa” en el mundo del arte que, “al estar viva”, es olvidada por las instituciones culturales, ha explicado en una rueda de prensa el comisario, Fernando Millán.
Letras rojas cruzadas en todas las posturas, la palabra lluvia escrita varias veces y seguida de diferentes adjetivos que aparecen con distinto tipo de letra, o folios mecanografiados en los que no se respetan los márgenes y las palabras se salpican sin orden por el papel, son parte de la exposición.
Son más de quinientos los objetos que forman parte de ‘Escrito está’, entre los que se encuentran innovadoras manifestaciones como los denominados poemas, revistas y libros-objeto, que mezclan la composición literaria con la plástica.
Algunas de estas obras surgieron de grupos de trabajo de esta época, como Problemática-63, Cooperativa de producción artística, Grupo NO o Grupo ZAJ.
La inauguración de la muestra coincide exactamente con el centenario del nacimiento de uno de los poetas protagonistas de la exposición, el vallisoletano Francisco Pino, que falleció en 2002 y que en su vida cultivó la vanguardia y neovanguardia.
‘Escrito está’ tiene como punto de inicio 1963, momento en el que surge una generación de autores con una destacada actividad y dedicación que contribuyen a la transformación de la literatura, el arte y la cultura de España, según Millán.
A pesar del amplio legado que dejaron, el comisario ha incidido en que su obra no ha sido lo suficientemente difundida, pues los historiadores “de derechas” tienen miedo de que se les considere pro franquistas si estudian un movimiento cuya eclosión tuvo lugar en este periodo, mientras que los “de izquierdas” temen que desaparezca la tesis de que este periodo fue una “noche lóbrega” en su totalidad en el arte, ha destacado.
Este movimiento cultural innovador pierde importancia en 1984, fecha en la que cambia el mundo, aparece el concepto de «neocon» (neoconservador), desaparecen las utopías, se agota la radicalidad y muchos de los poetas se convierten en pintores y esculturas ante el resurgir del mercado del arte.
Junto con Pino, cuenta con un especial protagonismo en la exposición la figura del palentino Felipe Boso (1924-1983), del que se muestran obras como «La palabra islas» o «Los poemas concretos», este último libro publicado después de su fallecimiento.
La exposición está compuesta por siete espacios, una biblioteca y una sala de cine, en los que se recoge la historia de la neovanguardia, así como diversos ejemplos de poesía experimental a través de obras, documentos, fotografías, libros y revistas
