Estos días en que terminan las labores de siembre de la mayoría de las hortalizas en la provincia de Segovia, los agricultores de la zona Noroeste asisten con esperanza al milagro que cada año representa disponer de agua en abundancia en un terreno arenoso y de veranos tórridos.
Quienes tienen cierta edad han sido testigos de cómo se ha convertido una zona de pinares en un vergel en el que brotan lechugas, zanahorias, patatas, puerros…. y otra gran variedad de hortalizas gracias al regadío que poco a poco fue extendiéndose en la zona.
Pero la disponibilidad de agua es ilimitada. Con el creciente número de pozos, la pertinaz sequía, y el mayor consumo por parte de personas, explotaciones ganaderas e industrias generan en algunas campañas problemas de abastecimiento. Además, la excesiva extracción de aguas subterráneas ha provocado problemas sanitarios. La contaminación con altas concentraciones de nitratos o arsénico ha dado la luz de alarma en no pocas ocasiones…
