La Comisión Territorial de Patrimonio, bajo la presidencia del delegado territorial, Javier López-Escobar, ha autorizado, entre otros proyectos, la restauración de la talla de San Frutos que se encuentra en la iglesia que lleva el nombre del patrón, en el término municipal de Carrascal del Río.
La ermita data del siglo XII y está construida sobre la iglesia visigótica fundada por el santo en el siglo VII. Este es el único resto de lo que en el pasado fue un conjunto monástico de la Orden de Silos cedido en el año 1076 por el rey Alfonso VI. La talla de San Frutos para la que se autoriza la intervención forma parte del conjunto de bienes muebles de la ermita, declarada Bien de Interés Cultural en junio de 1931.
La actuación para la recuperación y conservación de la imagen se lleva a cabo en los talleres de restauración del Alcázar y se ha considerado por la Comisión conveniente y conforme a los criterios adecuados de intervención.
San Cristóbal
También en la reunión, se autorizó la restauración y montaje de las pinturas murales de la antigua iglesia de San Cristóbal de Segovia, que promueve el Servicio Territorial de Cultura de la Junta.
La primitiva iglesia de San Cristóbal fue abandonada en 1958, debido a la situación de deterioro que sufría y a su lejanía del núcleo urbano de la población. Algunos de los elementos románicos del templo fueron aprovechados en la construcción de la iglesia nueva en el centro del municipio. Ante el peligro que amenazaba a los restos del templo románico, tres años más tarde, fue arrancada la pintura mural que mostraba en uno de sus paramentos a San Cristóbal con el Niño Jesús. Durante esos trabajos se produjo el hallazgo de otras pinturas subyacentes con la misma representación. Ambas policromías se separaron del muro y se guardaron para su posterior restauración.
Con el proyecto aprobado se va proceder a la catalogación, consolidación y restauración de los fragmentos de pintura conservados. El trabajo con una pintura tan fragmentada es complicado, pero la Comisión ha considerado que la recuperación de uno de los pocos restos que quedan de la iglesia románica de San Cristóbal justifica la intervención.
Actualmente todavía se pueden reconocer las trazas de la vieja iglesia, que forman parte del recinto del cementerio. Se conserva principalmente el arranque del ábside y el comienzo de los muros de la nave.