A finales de la pasada temporada, una vez finalizados para el equipo los play off de ascenso a Segunda División B, Fernando Correa decidió apartarse de la presidencia de la Gimnástica Segoviana, para centrar todos sus esfuerzos tanto en su vida personal como en la profesional, esta última muy afectada por la crisis económica. Han sido muchos meses los que el máximo mandatario del club azulgrana ha optado por el silencio a la hora de valorar el estado de la entidad, alejado como estaba del día a día de la Segoviana. Pero, sin que su situación haya mejorado de manera ostensible, Fernando Correa vuelve a sentirse con fuerzas para volver a tomar las riendas de un club como el azulgrana, “del que nunca me he ido. Por supuesto que pienso volver”.
Ese retorno no se producirá de inmediato, pero el presidente gimnástico sí tiene en mente su vuelta en un espacio de tiempo no demasiado largo, “sobre todo para poder ayudar a la gente que está ahora tomando las decisiones en el club y que está haciendo lo que puede, que creo que es mucho”.
Dos directivos, Moisés López y Jaime Rojas, fueron quienes dieron el paso adelante y pasaron a la primera línea cuando Correa optó por echarse a un lado, “y que haya gente como ésta, que en un momento determinado te eche una mano, me parece alucinante”. Correa solo tiene palabras de agradecimiento no solo para ellos, sino también para el resto de los directivos, “que sabiendo la situación por la que estaba atravesando, no quisieron meterme más presión, y optaron por echarse ellos la carga del club a los hombros, con todo lo que ello supone”. Porque no hay que olvidar que la Segoviana atraviesa por un momento económico dificilísimo, “pero los gastos federativos no se han reducido en absoluto. Hablo de fichas o de arbitrajes, por poner dos ejemplos de unos gastos que hay que asumir de manera inmediata en cuanto se generan”. A buen entendedor…
La situación real de la sociedad, por más que los datos que desde el Gobierno se están lanzando sean positivos, apenas ha cambiado en estos últimos seis años de crisis económica, “o al menos eso no se nota en la calle. Quizá la gente esté comenzando a recuperar un poco el optimismo, pero nos va a llevar tiempo recuperarnos de ésta”, señala Correa, que apostilla que “si las empresas apenas tienen dinero para subsistir, ¿cómo lo van a gastar en el equipo de fútbol?”.
Pero, aunque la situación tanto en la sociedad, como en la entidad no sea la deseada, ni mucho menos, Correa quiere optar por la vía del moderado optimismo, “porque hace cinco años la Gimnástica Segoviana estaba K.O., y un lustro después aquí seguimos. Por supuesto que la situación es mala, pero este club no tiene por qué desaparecer ni salir de estampida”. El presidente afirmó no tener noticias de refundaciones, “y sigo convencido de que hay un futuro para la Segoviana. Pero éste pasa obligatoriamente por cuadrar ingresos con gastos, y apretándonos el cinturón todo lo que se pueda. Hay que tener fe, pero también ser realistas”.
Ahora bien, si quiere tener un futuro, el club ha de apoyarse tanto en los socios como en los jugadores. Para los primeros, el presidente quiere tener claridad, “porque estoy seguro de que el socio conoce perfectamente cuál es la situación, no solo en el club, sino a nivel general; pero todas las temporadas debe haber como mínimo una asamblea para explicar el estado real de las cosas”. Para los segundos, Correa solo tiene palabras de agradecimiento, “porque dependemos de ellos, y tengo que agradecer el tremendo esfuerzo que están realizando tanto para ganar los partidos, como para que la Gimnástica Segoviana siga adelante”. De momento, con un presidente que quiere volver a ejercer como tal en un futuro próximo.
