Mucha paja. No duda Raquel Fernández, portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Segovia, en describir así las cien medidas que anunció la alcaldesa, Clara Luquero, como prioridad para los primeros cien días de gobierno municipal que se cumplen el próximo lunes. Desde el PP, el principal grupo de la oposición con ocho concejales, Fernández asegura que hubiera sido más oportuno “hacer cuatro o cinco cosas importantes”.
¿Qué se ha cumplido y qué echa en falta en ese compromiso de la alcaldesa para el inicio del mandato municipal?
Muchas de las medidas son actos ordinarios del Ayuntamiento y otras son continuidad de las que se habían iniciado en el mandato anterior. Nos parece algo mediático que poder vender pero la entrega de premios del IMD ni es una medida ni un acto de gobierno. De las que sí tienen calado, echamos en falta, en cuanto a incumplimientos, la primera que el PEAHIS no se va a aprobar, está a punto pero lleva tanto tiempo así que casi hasta nos cansamos de hablar de ello; a la avenida de la Constitución ya han renunciado a ejecutarla este año y no se ha hecho nada en materia de abastecimiento de agua, que nos parece una de las medidas que se tenían que haber puesto en marcha inmediatamente.
Este verano han sido noticia asuntos como esa remodelación de la avenida de la Constitución pospuesta o el cierre de la estación de autobuses. ¿Qué opinión le merece la gestión de estos asuntos?
Por un lado, durante la campaña lectoral vendieron a bombo y platillo que iban a arreglar la avenida de la Constitución y luego, cuando no se hace, dicen que la culpa es de la Junta. Nuestra crítica es fuerte, porque ahora resulta que de nuevo hacen una transferencia de crédito con esa partida y lo destinan a algo a lo que ya habían renunciado anteriormente. La imagen es de improvisación.
Con la estación de autobuses pensamos que el gobierno municipal casi quiere manipular a la opinión pública porque no se ha dicho que está cerrada por una situación originada por un empecinamiento del gobierno socialista. Luego, también hay que acondicionarla para que obtenga la calificación de estación porque ahora es apeadero. Pero son temas diferentes. Lo adecuado hubiera sido haberlo hecho todo de una vez y si no se ha hecho no ha sido por culpa de la Junta. Que quede claro que el Ayuntamiento tiene unos fondos que los emplea en lo que considera oportuno y si no se gasta el dinero en la estación es porque no ha querido, porque el compromiso de la Junta lo tiene. Por ejemplo, en el CAT, el Ministerio no ha hecho su aportación y el Ayuntamiento ha destinado 1,8 millones para realizar obras urgentes. La decisión es política y la explicación de que el tesorero no lo admite es una mentira. Se puede modificar presupuestariamente el crédito y se dota una partida presupuestaria. Si la junta ha comprometido unas cantidades y este año no las aporta, el Ayuntamiento puede ejecutar las obras sabiendo que el año que viene dispondrá de ese dinero.
Más polémico ha sido el anuncio de modificación de la ordenanza de carga y descarga, en la que ha tomado incluso la iniciativa realizando un estudio con su grupo. ¿Se recibirá bien por el resto?
Nosotros estamos en el Ayuntamiento para trabajar y en el caso de la carga y descarga hemos realizado ese estudio para darlo a conocer. No tiene por qué ser trascendental pero es un documento de trabajo que puede aportar cosas y, como no podía ser de otra manera, se lo hemos entregado al resto de los grupos por si quieren hacer uso de ello. Desde luego el objetivo es hacer una propuesta que aglutine el mayor número de intereses posible y solucione los problemas. Ojalá que se utilice y además que se mejore, que sirva de punto de arranque. Se trata de sumar para una propuesta final que esperamos corrija lo anunciado por la alcaldesa.
¿En función de lo vivido hasta ahora en plenos o comisiones empieza a ver alianzas o estrategias entre los grupos municipales?
La verdad es que no. El único aspecto en el que hemos mostrado rotundidad los grupos de la oposición fue en el de la carga y descarga, cuando nos juntamos para mandar una nota conjunta porque es un tema importante y pensamos, primero, que se nos tenía que haber comunicado ese anuncio y segundo, hacernos partícipes de cualquier encuentro, por lo menos para pedirnos opinión. Pero yo no veo conato de noviazgos. De momento hay buen ambiente entre todos los grupos, incluyendo el socialista, y entiendo que tiene que ser así. Desde el respeto criticamos todo lo que queremos, sin miramiento, pero cuando hay que ir de la mano se va y ojalá que siga así, esa es nuestra idea. Espero que los grupos de la oposición vayamos de la mano cuando nos enteramos de algunos asuntos importantes por la prensa pero no se si será así; y sobre todo para que el gobierno municipal se dé cuenta de que la situación no es la misma que en el mandato anterior, cuando había un pacto de gobierno que les daba la mayoría absoluta. Ahora no la tienen y el diálogo debe ser el primer plato en la mesa del Ayuntamiento. Deben entender que la ordenanza de carga y descarga no se aprobará si nos oponemos el resto de los grupos. No es que lo digamos nosotros, es que son doce frente a trece. Aunque es cierto que tienen un amplio abanico de posibilidades porque con el apoyo de uno de los grupos pueden sacar adelante iniciativas.
¿Ha cambiado en algo la rutina municipal con la entrada de más formaciones políticas?
Por una parte nos alegramos de que haya otros grupos porque ya se han quejado de que no tenemos acceso a información municipal. En algunos casos parece que nos hacen un favor, cuando estamos en nuestro derecho. Cada vez que pedimos algo se ponen a la defensiva. Pero mira, es que no es tu expediente, es un expediente municipal y como concejal tengo tanto derecho a su acceso como tú, y estás obligado/a a facilitarme esa información. Ahí vamos a tener una lucha y estamos toda la oposición de acuerdo en que no estamos contentos para nada; no pasa en todas las comisiones pero sí en muchas. Tienen que cambiar el chip: No es tu documento, es del Ayuntamiento y tú, la o el concejala responsable. Queda camino por andar porque es cierto que hay información confidencial y, por supuesto, lo respetamos, pero es que entre mis deberes como concejal conozco perfectamente la información que puedo transmitir y la que no, y si incurro en una irresponsabilidad será mi culpa pero no me pueden ocultar la información, que no parezca que la mendigo o que me hacen un favor.