Los 33 mineros atrapados en la mina San José, en la región chilena de Atacama, están vivos y en unos tres meses podrían ser rescatados del yacimiento donde permanecen sepultados desde hace 17 días.
A primera hora del domingo, una sonda llegó a los 688 metros de profundidad y alcanzó la galería donde se suponía que había un refugio en el que los trabajadores se podrían haber cobijado tras el derrumbe del pasado día 5.
Poco después, un taladro perforador de una máquina de sondeo trajo a la superficie dos notas atadas con tiras de neumático. Cristián González, el operario de una de las máquinas, corrió a avisar a los familiares. Era mediodía y la noticia se extendió por el campamento Esperanza, donde desde hace dos semanas unas 200 personas esperaban angustiadas saber algo de sus seres queridos.
Poco después la buena nueva fue confirmada oficialmente por el presidente, Sebastián Piñera, quien viajó por cuarta ocasión a Copiapó, la localidad donde está situada la mina. «Hoy día Chile entero está feliz, lleno de emoción», exclamó el presidente, quien contagiado por la euforia reinante gritó: «¡Viva Chile, mierda!».
Familiares, rescatadores y autoridades fueron a entonar el himno nacional al cerro donde ondean 32 banderas chilenas y una boliviana como símbolo de la presencia de los trabajadores atrapados en esta mina centenaria y sobreexplotada, que fue cerrada en 2007 por un accidente y posteriormente reabierta en una polémica decisión.
Mientras tanto, Lilian Ramírez, la esposa de Mario Gómez, el más experimentado de los mineros atrapados, leía emocionada la carta que su marido le había enviado desde el fondo de la mina.
Y todos aguardaban con ansiedad la difusión de las primeras imágenes captadas por una cámara que el equipo de rescate hizo llegar hasta el refugio. El rostro de Florencio Ávalos Silva, un minero de 31 años, apareció en el monitor, aunque algunos dijeron que se trataba de Jimmy Sánchez, el más joven de los trabajadores accidentados.
«Yo los pude ver con mis propios ojos a través de las cámaras de vídeo. Vi a ocho o nueve de ellos que agitaban sus brazos, que estaban todavía con sus lámparas prendidas y que estaban aparentemente en buen estado físico», explicó el presidente Piñera. Los trabajadores tenían «los torsos desnudos, porque debe hacer calor (hasta 36 grados); estaban con ánimo, con fuerza, lo cual me dio mucha alegría y mucha fe de que esta operación va a terminar bien», añadió.
Piñera explicó que, una vez se ha concluido la búsqueda, ahora comienza la operación para rescatar a los trabajadores accidentados.
«Ya estamos entubando la perforación para poder aportarles medicamentos, alimentos, hidratación, comunicación e iluminación, porque la tarea restante va a tomar tiempo y tenemos que tener seguridad de que están en buen estado», añadió.
El presidente envío un mensaje de esperanza a los mineros a través de la sonda, aunque parece ser que no lo escucharon porque los micrófonos se estropearon por la humedad en esa zona del yacimiento (un 90 por ciento).
El jefe del equipo de rescate, André Sougarret, explicó que una vez que aseguren el pozo, en las próximas horas se enviará a los mineros agua, alimentos y medicinas. Además, las sondas serán utilizadas para que mantengan el contacto con los familiares y los rescatadores e informen de las condiciones en que se encuentran.
Los especialistas proyectan horadar en la piedra una chimenea de unos 65 centímetros de diámetro, paralela a la de la sonda, para rescatar a los mineros empleando cuerdas y camillas.
