Quien calla, otorga. Eso dice la sabiduría popular. Y, tirando de Derecho, el silencio siempre suele tener un valor positivo. Así, quizás se tenga alguna pista del debate sucesorio, que día sí día también tiene distraída a la sociedad española. Desde luego ayer no se aclaró nada. O quizás sí, porque el principal interesado, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se refirió a este asunto ante la Ejecutiva de su partido, ya que muchas portadas de diferentes medios apuntaban a su retirada. Así, aseguró que no hay que dejarse presionar, y dejó claro que tomará las decisiones sobre su futuro cuando deba hacerlo, según informaron fuentes socialistas.
En la reunión también intervino el vicesecretario general y ministro de Fomento, José Blanco, para dejar claro que si tienen que elegir candidato se aplicará el procedimiento establecido que incluye la celebración de primarias.
Ambas intervenciones tuvieron lugar durante la cita quincenal que celebra la dirección del PSOE y que ha venido precedida de numerosas noticias, a lo largo de este fin de semana, en relación con la posibilidad de que Zapatero anuncie el próximo día 2 de abril, ante el Comité Federal, que no se presenta, así como la opción de Rubalcaba para sucederle.
A fin de volver a apagar este fuego por enésima vez, el número tres del PSOE, Marcelino Iglesias, garantizó que su formación mantiene su «apoyo íntegro» y «cerrado» a Zapatero como aspirante para los comicios generales, en tanto no se despeje «la mayor», por lo que pidió respeto para que administre sus tiempos como crea oportuno.
A renglón seguido, el político aragonés insistió en varias ocasiones en que no se espera ningún anuncio por parte del secretario general para el Comité Federal del 2 de abril.
Eso sí, según se filtró, el jefe del Ejecutivo central no dio ninguna pista, y su tono de voz tampoco. Posiblemente, las fuente o fuentes consultadas estén interesadas en la carrera por el poder, lo que muestra una evidencia: hay gran nerviosismo en el partido y muchos se van posicionando por los futuribles, donde parece estar situado, a mucha ventaja de los demás, el número dos, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Éste tampoco ayudó mucho a despejar dudas, ya que en una rueda de prensa eludió hasta en tres ocasiones contestar a las preguntas de los periodistas sobre la gran pregunta. Eso sí, al menos le puso algo de pimienta a la cosa, porque aseguró enigmáticamente: «Esa pregunta se responde por sí sola».
Posteriormente, se le volvió a interrogar si es partidario de que la sucesión se dirima en unas elecciones primarias, a lo que respondió, que no era ni momento ni lugar para responder a esa cuestión.
Finalmente, fue preguntado si se ve como relevo de Zapatero. El ministro no contestó y se limitó a sonreír.
Otro de los candidatos, aunque lo niegue por activa y por pasiva, es el presidente del Congreso, José Bono, que aconsejó a sus compañeros que no contesten a preguntas sobre este tema pues, aunque se haga con buena intención, ya se está generando un «ruido» que «no hace bien». Hace tres meses, el dirigente manchego tachó a Alfredo Pérez Rubalcaba de liebre eléctrica, y en las últimas semanas ha respondido con un «Es lo que pensáis» a los que querían saber de sus reuniones con el jefe.
Mientras, en Ferraz, algún que otro dirigente, como Ramón Jaúregui, se coloca junto al vicepresidente primero.
Lo más llamativo de la jornada fue la encendida defensa de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, de su líder. Así, comentó que está satisfecha de que esta crisis «haya pillado a este país con un presidente como Zapatero, que es magnífico». Y es que no quiso «ni imaginarse» lo que hubiera sido atravesar esta delicada situación «con otras personas, con otros partidos en el Gobierno, con otros valores y de dónde hubieran recortado esos gastos».
