La ‘Operación Iceberg’, llevada a cabo por la Guardia Civil, se saldó con la incautación de uno de los mayores arsenales de armas ilegales de Galicia en el que, en un doble fondo en una librería en una vivienda, fueron localizadas 84 armas de fuego y 3.411 cartuchos metálicos de diferentes calibres.
En una rueda de prensa celebrada en la sede de la Comandancia de Pontevedra, el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, destacó que “hoy los delincuentes y terroristas tienen menos oportunidades de hacer daño a nuestra sociedad”, por lo que felicitó a la Guardia Civil porque “retirar estas armas es ganar vida”.
Junto a Losada compareció la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba; el general jefe de la XV Zona de la Guardia Civil, Luis Francisco Rodríguez; y el teniente coronel jefe interino de la Comandancia de Pontevedra, Manuel Touceda.
Según informaron, la operación, que sigue abierta, se inició el pasado mes de marzo cuando la Guardia Civil detectó que un vecino de Ponteareas, con licencia de armas como tirador deportivo, estaba adquiriendo a través de Internet piezas y accesorios para armas que no correspondían a las que poseía legalmente, y que se consideraban armas de guerra.
Parte de las armas incautadas fue encontrada en una caja fuerte de grandes dimensiones oculta tras un sofisticado doble fondo detrás de una librería, indicó el Instituto Armado.
Con la autorización del Juzgado de Instrucción número 2 de Ponteareas (Pontevedra) se practicó un registro que permitió hallar las armas de fuego ilegales ocultas en una finca de grandes dimensiones en Ponteareas y la detención de su responsable, investigado por los supuestos delitos de depósito de armas de guerra, depósito de armas, tenencia ilícita de armas prohibidas y depósito de municiones.
De las 84 armas de fuego intervenidas, destacaron por su especial peligrosidad diez de ellas consideradas como de guerra: tres subfusiles, tres fusiles de asalto, dos ametralladoras, un fusil ametrallador y una pistola ametralladora.
Algunas de la armas tenían sus números de serie borrados o alterados, por lo que la investigación continúa abierta para averiguar el origen de las mismas. De este modo, no se descarta que procedieran de robos o que pudieran haber sido introducidas ilegalmente en España.
Esta investigación fue desarrollada conjuntamente por la Jefatura de Información y el Grupo de Información de la Comandancia de Pontevedra, con el apoyo del Servicio Cinológico de Madrid y de la Intervención de Armas de dicha Comandancia.
