La ciudad alemana de Buxtehude implantó en 1983 la primera ‘zona 30’ con gran éxito. El modelo fue importado después a varias urbes europeas, de Holanda, Bélgica y España, como Barcelona o Vitoria, y hasta en grandes metrópolis como Nueva York. Por ‘zona 30’ se entiende aquellas calles en las que, para favorecer la movilidad peatonal y ciclista y para reducir el tráfico motorizado, se aplican medidas como la reducción de la anchura de los carriles de circulación o la incorporación de bandas reductoras de velocidad y de pasos de peatones elevados. Y se limita la velocidad máxima permitida para los vehículos y motocicletas a un máximo de 30 kilómetros por hora.
Segovia quiere sumarse al grupo de ciudades que disfrutan de una ‘zona 30’. Con este propósito, la Concejalía de Tráfico trabaja desde hace meses en un proyecto para implantar este modelo para «tranquilizar el tráfico» en parte del barrio de San Lorenzo, en una amplia zona correspondiente a la zona antigua de este distrito, a la izquierda de la avenida Vía Roma, en dirección a La Lastrilla, entre las calles Santa Catalina y Las Nieves.
No se trata solamente de que en algunas calles de San Lorenzo la circulación no supere los 30Km/hora, una limitación ya existente —incluso por debajo en algunas vías— sino la de implantar toda una serie de medidas, tanto de reforzamiento de señales como de construcción de infraestructuras, que favorezcan una «circulación calmada». En otras palabras, se busca habilitar calles en las que puedan «convivir» los coches con los peatones y ciclistas y abrirse nuevos espacios para la convivencia social, según explicó la concejala de Tráfico, Transportes y Policía Local, María José de Andrés (PSOE).
El principal objetivo de las ‘zonas 30’ es la moderación del tráfico para recuperar el valor social de la calle. Esto exige, de acuerdo con la concejala, un nuevo diseño y reorganización de la circulación, en este caso por San Lorenzo, que impida el llamado tráfico ‘parásito’, aquel que no tiene como destino el barrio y que lo atraviesa para acudir a otras zonas. «No se trata de prohibir la entrada de vehículos ni del tráfico pesado, sino que el mismo diseño de la circulación por el barrio haga que no pasen aquellos vehículos que no tienen necesidad de hacerlo», afirma De Andrés. La responsable municipal pone como ejemplo la calle de José Zorrilla «que ya no se utiliza como vía de paso a otras zonas, sino como destino en sí mismo»; una calle que, aprovechando las obras de reforma, acometidas en 2009, cuenta con un diseño que ralentiza el tráfico, con una calzada más estrecha y pasos de peatones elevados.
Posibles medidas
Implantar la ‘zona 30’ en el barrio de San Lorenzo implicará la adopción de varias medidas. Entre ellas, cambiar el sentido de la circulación en alguna calle, o implantar una sola dirección en otras vías como, por ejemplo, en la calle de Las Nieves. Pero también será necesario reforzar la señalización, con marcas horizontales que recuerden el límite de velocidad de circulación (30km/h) acompañadas de elementos reductores de velocidad.
Otra medida para ‘calmar’ el tráfico es la de elevar los pasos de peatones. De hecho, en el último pleno del Ayuntamiento, a propuesta de la Concejalía de Tráfico, se aprobó una modificación presupuestaria para, entre otras actuaciones, construir tres pasos de peatones elevados en el barrio de San Lorenzo. «Estamos ya trabajando por adelantado», afirmó De Andrés, quien, no obstante, recalcó que la implantación de una «zona 30» en el barrio de San Lorenzo solo se hará si así lo quieren los vecinos. «Hemos pensado que sería muy bueno diseñarlo con ellos, hemos iniciado el trabajo, pero no se trata de que hagamos un proyecto y lo apliquemos, sino queremos que lo decidan los vecinos, trabajar juntos con ellos y facilitarles todas las infraestructuras y señalización que se necesite», asegura la concejala. De Andrés confesó que ya había mantenido una reunión con la asociación de vecinos de San Lorenzo, que, según dijo, se mostró receptiva a la idea del Ayuntamiento. No obstante, la responsable de Tráfico quiere que la opinión de los representantes ‘oficiales’ de los vecinos que «es importantísima» sea completada con la de el mayor número de residentes; por lo que, a través de la Concejalía de Participación Ciudadana se trabaja en la convocatoria de una asamblea abierta para recabar las impresiones de los vecinos del barrio. «Es crucial que se implique la población, que les guste la idea, porque está claro que no podemos tomar medidas que compliquen la vida a los vecinos», afirma De Andrés.
Camino escolar
Un valor fundamental en cualquier «zona 30» es la existencia de un camino escolar seguro; esto es, un itinerario que permita a los escolares desplazarse a pie y sin riesgos a su colegio y evitar que los padres acudan en automóvil a dejar o recoger a los niños en automóvil, lo que suele provocar problemas de tráfico a las puertas de los centros.
El AMPA del colegio Martín Chico ya trabaja en este sentido, y la próxima semana De Andrés tiene intención de volver a reunirse con la dirección del centro y los representantes de los padres y madres de los alumnos para avanzar en este proyecto. El propósito es que el ‘camino escolar seguro’ pueda ponerse en marcha en septiembre, al inicio del próximo curso, mientras que la ‘zona 30’ no se implantará hasta que los vecinos opinen, den su conformidad al proyecto y trasladen sus propuestas al Ayuntamiento.