El 22 de diciembre de 2000 , la alegría del “Gordo” que sembró de millones la capital, se vió ensombrecida por el trágico asesinato de Cristina Gala Enjuto, que murió tras ser apuñalada por un compañero de estudios cuando se disponía a regresar a su casa tras concluir su jornada académica en la entonces denominada Universidad SEK.
Diez años después, la familia de la joven asesinada organizó ayer un acto de recuerdo y homenaje en el que cerca de un centenar de personas expresaron su rechazo a la violencia y reivindicaron la adopción de medidas legales tendentes a garantizar el cumplimiento íntegro de las penas para los delitos de asesinato, violación y pederastia.
Los actos organizados por la familia comenzaron con una misa en la iglesia de El Salvador, en la que a su conclusión, Raúl Gala, portavoz de la familia, agradeció la asistencia a todos los presentes y aseguró que esta jornada “es para celebrar la vida y proclamar al cielo que esta familia lleva el amor por bandera, que es el que Cristo nos ha dado”.
Con la voz temblorosa en algunos momentos por la emoción, el hermano de la joven asesinada le recordó como “una joven llena de vida cuya sonrisa transmitía entusiasmo hacia la vida”, y por ello aseguró que su recuerdo “nos debe ayudar a permanecer alegres”.
Posteriormente, Raúl Gala entregó a una representante de la Asociación Cultural Folclórica “Andrés Laguna” una placa en agradecimiento a los distintos actos de homenaje que realizaron en honor a la que fuera su compañera en el grupo de danzas. En uno de los momentos más emotivos del acto, la asociación correspondió a esta distinción ofreciendo a la familia dos bailes tradicionales, uno de ellos en el interior del templo.
Tras concluir el acto religioso, los asistentes se congregaron ante la fachada del templo para participar en la concentración convocada por la familia, en la que los familiares de Cristina Gala desplegaron una pancarta con la fotografía de la fallecida en la que figuraba su nombre y la frase “Segovia contra la violencia”.
El portavoz de la familia volvió a tomar la palabra en este caso para reclamar de los poderes públicos los cambios en el Código Penal que hagan posible el endurecimiento de las penas para los culpables de delitos de asesinato, homicidio, violación o pederastia, así como un referéndum constitucional para la legalización de la cadena perpetua para este tipo de acciones delictivas.
