Por la tierra semidesértica de un lugar indeterminado, cuyo paisaje sólo rompe un tendido eléctrico y un grupo de ruinas de lo que fuera un edificio, circula un vehículo blindado. De repente, un enorme estruendo sacude la tranquilidad del entorno y una gran humareda surge de los restos del blindado destruido. El tiro ha sido certero y la cadena de mando de la unidad artillera que ha hecho posible el éxito ha vuelto a probar su eficacia, pero el disparo del obús no huele a pólvora. El instructor apunta los datos del ejercicio y prepara en la pantalla de su ordenador una próxima prueba para la unidad que apura los últimos días de sus prácticas en el centro de simulación de la Academia de Artillería.
Desde su puesta en marcha hace 15 años, el simulador de artillería de campaña (Simaca) que alberga el centro de enseñanza militar más antiguo del mundo pone a prueba la pericia y los conocimientos de las unidades artilleras de las Fuerzas Armadas españolas. Siempre en la vanguardia de la investigación y la innovación, la Academia de Artillería ha conseguido incorporar mejoras en estos tres lustros de andadura del simulador hasta transformarlo en el centro de referencia de la formación práctica artillera en España, así como uno de los mejores del mundo.
El teniente coronel Miguel Angel Cervera, jefe del centro de simulación, no disimula el orgullo del trabajo realizado por sus predecesores al mando de esta dependencia, y expresa su intención de continuar en esta senda. El será el responsable de abordar la última fase de un ambicioso proyecto de mejora del software del simulador que permitirá no sólo mejorar las prácticas de las unidades artilleras, sino también combinarlas con unidades de infantería o aire a través de ejercicios conjuntos.
La principal novedad será la incorporación de un entorno de observación de fuegos conjuntos, que permitirá dirigir de forma virtual el ataque de aviones y helicópteros a objetivos terrestres, que es «un cometido que queremos tener para que un observador pueda dirigir un avión hacia un objetivo en tierra», explica Cervera. Este hecho permitirá incluso la incorporación de aviones no tripulado o drones que hagan posible tanto misiones de reconocimiento como de información para las unidades de artillería e infantería.
Otra de las novedades será la incorporación de elementos de realidad virtual destinados a los observadores de tiro avanzado, para lo que se ha solicitado a la empresa que se encarga de llevar a cabo la mejora del software la adaptación de cascos que permitan imágenes tridimensionales al estilo de los que se emplean ya en algunos de los más modernos videojuegos.
Las ventajas del simulador sobre una práctica real en los distintos campos de tiro de los que dispone el Ejército son principalmente operativas y económicas.
El teniente coronel Cervera señala que la simulación permite a las unidades operar sobre entornos mucho más amplios que en un espacio acotado como es un campo de tiro, lo que mejora la capacidad de despliegue de las unidades, aun en forma virtual. Además, en una práctica de tiro de unas maniobras «pueden realizarse entre 80 ó 100 disparos, mientras que en el simulador podemos multiplicar por 100 esa cifra sin gasto alguno, lo que sin duda mejora las posibilidades de formación de las distintas unidades».
Además, en un futuro próximo, el centro de simulación incorporará a su banco de datos la cartografía de los países en los que las Fuerzas Armadas desarrollan misiones de paz, con el fin de poder aclimatar a las unidades previamente a su traslado a las zonas de conflicto si así fueran requeridas.
A la hora de plantear una práctica, las unidades trasladan al simulador las características del ejercicio a realizar, aunque son los instructores quienes empleando el esquema general planteado, van incluyendo las distintas dificultades que evalúan la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad. Así, el simulador puede recrear situaciones meteorológicas como lluvia, viento o niebla que dificulten el tiro de una pieza artillera o no permitan al observador avanzado fijar el objetivo o marcar la dirección del tiro.
Por el simulador de la Academia de Artillería pasan al menos dos veces al año la práctica totalidad de unidades de artillería antiaérea, de campaña y de costa de las Fuerzas Armadas, a las que se suman desde hace poco unidades de la Armada para realizar prácticas combinadas.
El teniente coronel Cervera manifestó que en el horizonte del futuro del centro de simulación se sitúa la posibilidad de poder realizar ejercicios tácticos combinados «in situ» de manera que se puedan compartir experiencias, intercambiar datos y en definitiva, optimizar los ya de por si avanzados recursos del simulador.
A la espera de introducir las mejoras que en 2016 están ya previstas, el centro de simulación continúa siendo un espejo en el que se miran ejércitos de otros países, con sistemas de prácticas virtuales menos avanzados. Así, el teniente coronel Cervera asegura que el simulador «abarca los elementos más importantes de un grupo de artillería mientras que en otros países sólo incorporan algunos detalles, y eso es algo que llama poderosamente la atención de los representantes de ejércitos extranjeros que nos visitan».