“Se ha acabado el duelo”, esta fue la contundente frase del líder del PP en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, antes de sus gritos por la unidad y la vuelta a los orígenes, y tras lamentar que Pedro Sánchez haya “jugado sus cartas” de un modo muy eficaz, porque Vox “ha sido su juguete y nosotros no hemos sido capaces de unir los votos”.
Asumió que Santiago Abascal va a insultarlo nuevamente, pero todos han de saber que su partido, el que ha sufrido, esgrimió, con el presidente Pablo Casado allí presente ante él y siguiendo su intervención atentamente, ya está en pie para “reconstruir y ganar”.
Aviso que lanzó Núñez Feijóo desde un atril situado en una zona recreativa, con el sol apretando, una gran masa de robles de gran porte y una romería, la tercera que organiza en la zona del PP de La Coruña, con productos típicos de Galicia.
Fue este el escenario elegido por el presidente del PP, Pablo Casado, y por el líder del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, para escenificar esa recuperación, la cual llega tras el peor de los resultados cosechados en unas elecciones generales.
Patente de corso
Ante más de cinco mil militantes y simpatizantes concentrados en el entorno de la Capilla de A Magdalena, en el municipio coruñés de O Pino, Pablo Casado pidió que el socialista “no se sienta con patente de corso” ahora, con una “autopista libre” después de lo ocurrido ese domingo, algo que quiso trasladar en un lugar que ha sido el semillero de los suyos, porque “aquí nacimos, en las aldeas”.
Y expuso, tras ser saludado como “presidente, presidente”, por el respetable, que con tal baño de masas ya no es que el partido esté vivo, pues si cabe lo ha visto más fuerte que nunca, y por tanto no dudó en exponer que todo lo que es se lo debe a la afiliación de base.
Como ese ambiente lo imbuyó de una gran paz interior, quiso allí además compartir un pensamiento con todos los presentes, que siempre hay que volver al germen inicial, al de la “política con mayúsculas”, a la “vocación de ayudar a tu vecino”, y, después de las elecciones del 28A, “tenemos la humildad de reconocer que no somos perfectos, pero tenemos la ilusión y la ambición de futuro de siempre”.
Y Núñez Feijóo, muy crítico con los giros dados en esta campaña de los comicios estatales, ayer dijo a Casado que es “el mejor” y le ha agradecido que esté en esta cita lúdica que iba a realizarse antes incluso de la propia convocatoria del 28A pero que finalmente se ha retrasado y se produce después de una jornada “dura para todos nosotros”.
El titular de la Xunta aceptó que todos cometen errores (“el primero yo”) pero elogió que Casado dé la cara por todos, comportamiento que, ahondó, es el “primer mandamiento en un partido político” como el de ambos.
“Lamentamos la decepción, somos conscientes de que todos los dirigentes os debemos una y nos comprometemos desde ahora mismo a iniciar la remontada”, espetó Feijóo, algo que refrendó Casado, seguido de un “y aquí, en Galicia”.
Los dos departieron prácticamente durante todo el evento y escucharon con atención al responsable provincial del PP en A Coruña, Diego Calvo, que recordó al fundador, el fallecido Manuel Fraga, un defensor de estos encuentros de confraternidad que “estaría encantado de estar con su gente”.
Éste agradeció a Casado su trabajo —“a humildad no te gana nadie”— y aplaudió el hecho de estar juntos en los momentos buenos y en los que no lo son tanto.
