Hay dÍas en los que importa más el qué que el cómo, y la de la jornada del sábado, 27 de abril de 2019, pasará a los anales de la historia del deporte segoviano porque un pueblo de 3.000 habitantes se coló por derecho propio en la máxima categoría del balonmano español. Poco importará si lo hizo ganando su partido, o porque sus rivales no consiguieron la victoria en los suyos. El Viveros Herol Nava, el mejor equipo de la División de Plata, se coronó en el segundo mejor sitio donde podía hacerlo, en la cancha de un conjunto hermano como es el Acanor Atlético Novás, cuyos aficionados ovacionaron largamente al conjunto segoviano (y a los suyos que firmaron un partidazo) varios minutos después de acabado el partido.
GANAN TODOS, Y TODOS PIERDEN
Y, en honor a la verdad, el Balonmano Nava fue el mejor de la categoría, pero en O Rosal se vio superado por un oponente que se jugaba literalmente la vida, necesitado de una victoria para alimentar sus esperanzas de permanencia.
Era evidente que el Atlético Novás iba a salir a la cancha literalmente ‘a morder’ como se demostró en la primera acción del partido del avanzado Flores sobre Agus Casado. Ante esa tesitura, el Viveros Herol no tardó en adaptarse, igualando el choque en intensidad, provocando con sus saques rápidos que el contrario no pudiera hacer sus cambios ataque-defensa.
Toma marcó los primeros goles, y Llopis se mostró intratable desde los siete metros para llevar el partido a la plena igualdad tanto en la cancha como en el marcador porque si Nicolo marcaba un gol a la contra que ponía los dos de renta para el Nava, apenas un minuto y medio más tarde el Novás hacía lo propio para coger el mando en el marcador, que ya no soltaría en todo el partido.
Y no lo hizo porque la defensa segoviana no fue la de anteriores partidos. Demasiado permisiva en primera línea, no ayudaba en nada a un Ernesto que tampoco colaboraba en demasía. Así, después de que al descanso se llegara con una mínima desventaja en el marcador, los primeros minutos de la segunda parte pusieron en evidencia que no era el partido del Viveros Herol, ni en defensa, ni tampoco en ataque, donde pocos jugadores naveros eran capaces de superar a un Kevin García que después de una primera parte bastante floja, elevó de manera extraordinaria su nivel en el segundo tiempo, parandolas de todos los colores.
Desde los siete metros, desde los seis, rechazando contras claras… el portero del Acanor Atlético Novás fue el héroe en la portería gallega, mientras que en la parcela ofensiva, Pedro Aymerich se convertía en un gigante, siendo el de menor estatura de todos los que había sobre la cancha, liderando a su equipo pese a jugar todos los minutos.
La diferencia, más que grande, se fue haciendo inmensa, y poco a poco los aficionados fueron mirando de reojo el móvil, porque se extendía como la pólvora el rumor de que el Santoña estaba dando la sorpresa en Ciudad Real. Porque en la cancha de O Rosal, los jugadores fiables como Llopis o Nicolo fallaban los lanzamientos desde los siete metros, y aunque el equipo logró reducir la desventaja de seis goles hasta los dos, no parecía factible el poder remontar hasta el final.
MIRANDO EL MÓVIL
En las filas locales, Iago Muiña volvió a la cancha tras unos minutos de descanso, y su veteranía se notó a la hora de mover la bola, y hacer que los segundos pasaran rápido sin que nada sucediera sobre la pista. Pero comenzaba a importar poco, porque los aficionados, los muchísimos aficionados segovianos que se desplazaron hasta Pontevedra, comenzaron a cantar el “campeones, campeones”, mucho antes de que se acabara el partido.
A doce segundos del final, con el encuentro parado, Bruno Vírseda fue corriendo a abrazar a Nicolo D’Antino, que no se había dado cuenta de que Santoña había echado una mano al campeón de la Liga. Y, a partir de ese momento, todo fue felicidad en O Rosal, con los componentes del Novas felicitandose por la victoria, y los de Nava exultantes por el título. En la cancha, formando un círculo, el gran círculo que forma la familia navera, comenzó a entonarse el “Pero sigo siendo el rey”, la tradicional canción con la que un club, un pueblo y una afición, celebran los éxitos. Ganar cuando pierdes solo lo saben hacer los grandes, y a ver quién es el guapo que le dice al Viveros Herol Nava que no ha sido el más grande de la División de Honor Plata durante la presente campaña 18/19. Ha comenzado la época de los festejos, y ya habrá tiempo para hablar del futuro.
Dani Gordo
«Lo que bien empieza, bien acaba. Desde el primer día de pretemporada, los jugadores entendieron el trabajo que debían hacer, con una profesionalidad encomiable. Lograr un título nunca es fácil, y muestra de ello es que lo logramos perdiendo ante un oponente que ha hecho muy bien las cosas. El mérito es de todos, desde el presidente y la junta que se han desvivido por nosotros, hasta mis compañeros en el cuerpo técnico, un plantel de jugadores con el que ha dado gusto trabajar. Y, por supuesto, de nuestra afición»
