El presidente del Gobierno y candidato a la reelección por el PSOE, Pedro Sánchez, prometió ayer que, si sale triunfante de las elecciones generales del próximo 28 de abril, “los próximos cuatro años van a ser de política social”.
“El progreso, o es de todos, o no es de nadie”, sostuvo Sánchez en el transcurso de una comida mitin en Expourense, donde este mediodía ha salido en defensa de las medidas tomadas a lo largo de los últimos diez meses por su Ejecutivo y que, ha apuntado, despertó contestación entre los partidos de derechas.
“¿No será que el problema no son los viernes sociales sino las políticas sociales?”, se preguntó retóricamente el líder socialista, que ha insistido en que un crecimiento sano pasa por “redistribuir sobre todos aquellos que tienen menos”.
Así, destacó algunas de sus actuaciones como la subida del salario mínimo, la recuperación del subsidio para parados de larga duración, el incremento de la cotización para las mujeres cuidadoras o la elaboración de un plan para combatir la pobreza energética.
“Vamos a seguir haciéndolo”, avanzó Sánchez, orgulloso de presidir unos Consejos de Ministros que ha definido como “intensos y apasionantes”.
Además, advirtió en este acto en Ourense de que no acepta “lecciones de patriotismo” de otros, ya que “ser patriota es trabajar todos los días porque en España se viva mejor”, como él hace (ha reiterado) desde su Gobierno y como procuran todos los presidentes autonómicos y alcaldes socialistas.
Sánchez estuvo arropado por la plana mayor del partido en Galicia, a quien anticipó su apoyo presencial para salir victoriosos de los futuros retos electorales.
Con la vista puesta en el más inminente, las generales del domingo 28 de abril, el presidente del Gobierno observó que la carrera está más apretada de lo que pudiera parecer y ha puesto como ejemplo el caso reciente de Finlandia, donde los sondeos daban una victoria socialdemócrata holgada sobre la derecha y que al final se produjo solo por 6.000 votos.
“Lo importante de unas elecciones no es cómo se empieza, cómo se desarrolla, sino cómo se acaba”, manifestó Sánchez, para recalcar lo crucial de una “gran movilización” que favorezca una mayoría progresista.
Este objetivo es más importante si cabe, agregó, dado que el PSOE es “el único partido moderado, sensato, cabal, que mira al futuro y que no quiere retroceder” con opciones de gobierno ante una derecha que (ha criticado) ya no solo llega “tarde, mal y a rastras”, sino que incluso “quiere retroceder cuarenta años atrás”.
Como muestra de ello, señaló el intento de traer de vuelta al debate público asuntos como la homofobia, la tenencia de armas o la discrepancia con las leyes sobre el aborto o la violencia de género.
España, subrayó Sánchez, es un “país amigo del futuro” y por ello “la buena gente” volverá a votar el 28 de abril para conformar un Gobierno de progreso liderado por los socialistas.
“Veo que hay un poco de hambre”, concluyó el jefe del Ejecutivo central, que ha cerrado su discurso con un alegato a ganar todos los retos electorales de los próximos meses.
