Presidente menos de un añito… sale vitalicio “apañadito”
Pues sí, amable lector, aunque tú y yo y el vulgo o pueblo llamado “soberano”, hemos de cumplir dos requisitos “sine qua non” para percibir la siempre raquítica y ninguneada, y cada día más dubitativa, pensión retributiva, haber cotizado al menos 35 años, lo que no es tan fácil en tiempos de alarmante paro, y haber cumplido 65 años, edad que tiende a prolongarse, lo que implica menos tiempo y menos ganas de disfrutarla, el Presidente del país en que esto ocurre, por lo de que el que hace la ley…, con sólo haber puesto las posaderas en el sillón de Moncloa adquiere el derecho a cobrar su “modesta” pensión vitalicia de 90.155 euros, más la posibilidad de designar dos puestos de trabajo de libre elección, mas transportes gratis, mas coche oficial con conductor, mas seguridad personal y familiar, y, por si no llega a fin de mes, puede formar parte del Consejo de Estado con otros 75.000 euros de nada. Así la familia Sánchez-Gómez no echará de menos sus paseos con “Turka”, su simpática mascota, por los palaciegos jardines, ni las vacaciones en paradisíacas mansiones, ni los paseos por las nubes en Fanton 900 del Ejército para sus frecuentes desplazamientos familiares o festivos…, y todo esto siendo joven y sin haber cotizado casi a la S.S., sólo por haber aguantado sucesivas defenestraciones de los suyos, y haberse aliado con perversas compañías para ver cumplido el sueño del reiterativo “váyase Sr. Rajoy”, para coger yo la silla.
Tal vez por esto, por tener asegurado un no despreciable porvenir, estuviese tan dubitativo en la tarea de convocar nuevas elecciones, en las que el “soberano” pueblo elija de forma más democrática a su sucesor, pues primero pudo decir y dijo que convocaría elecciones inmediatamente, después advirtió a la oposición que “esperasen sentados”, para a renglón seguido señalar el 28 de abril, fecha en que D. Pedro “el Breve” no llevará ni un añito de mandato, pues comenzó el 2 de junio del pasado 2018, para que los votantes, viendo tan eficiente gobernanza le aclamen y pidan seguir en Moncloa, o decidan ese cambio del que tanto habla.
Así D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, por haber realizado una moción de censura apoyado en los enemigos del país al que pretende gobernar, se ha asegurado el más brillante porvenir, futuro que con sus polémicos títulos universitarios obtenidos en la rumoreada Universidad Rey Juan Carlos y las anecdóticas publicaciones en las que él, su asesora o redactora Irene Montero y sus correctores de estilo del Grupo Península- Editorial Planeta, estuvieron algo distraidillos, atribuyendo frases de Fray Luis de León al bueno Juan de Yepes, en religión San Juan de la Cruz, haciendo, como los vascos que nacen donde quieren, que el poeta sevillano A. Machado fuese natural de Soria, o dando a Einstein lo que es de Heminway, no lograría, aunque no parece importarle tanto este nivel de vida, ya que al verse inquilino de Moncloa lo primero que pensó fue sólo cambiar de colchón y de prensa. Lo del colchón por no volverse de la misma opinión del que antes lo usó. Lo de la prensa porque aunque ex deportista no aprecia estos tabloides, siéndole imprescindible la prensa internacional como lectura de mesilla, The New York Times, The Guardian, Financial Times, Daily Mail, The Washington Post…Los hombres ilustres, leídos y escribidos, no pueden perder tiempo con la prensa deportiva, y D. Pedro lo es tanto que ante un taxista que intentaba reconocerle, se presentó como en la Biblia se manifestó Dios a Moisés “soy el que soy”…
Pues eso, que, como dijo un político antaño en un discurso “in memorian” en el último adiós a otro político, y que tantos otros han repetido, o se les ha achacado, “que tenga tanta paz como descanso deja”, pues aunque parece decidido a llenarnos de decretazos antes de recoger los bártulos del palacete presidencial, se marcha sin solucionar los temas que a cada españolito importan, los presupuestos generales, el golpismo catalán, la inmigración descontrolada, las pensiones del pueblo, no las presidenciales, la ley laboral, la despoblación, la engordada deuda comunitaria, los impuestos al diesel…, aunque en su haber haya que poner mogollón de decretazos en ayudas a todo bicho viviente, sin su correspondiente presupuesto, como quien reparte caramelos a la puerta del cole, que otros, nosotros, pagaremos, aunque, eso sí, intentará en un esfuerzo último, como las últimas voluntades del reo en capilla, intensificar el exacto cumplimiento de la apaciguadora ley de “memoria histórica”, y, si posible fuera o fuese, ver la momia de Franco trashumante…
Manuel Fernández Fernández es pensionista retributivo.
