El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Segovia ha detectado en la provincia la existencia de camiones que llevaban instalados sistemas fraudulentos para eludir las normas medioambientales europeas sobre emisión de gases contaminantes de motores diésel.
Gracias a la operación abierta y bautizada con el nombre de ‘Onox’, se ha detectado que los camiones estaban trucados y tenían instalados emuladores que anulaban los sistemas de reducción de emisión de gases en sus motores. La operación se ha llevado a cabo junto con Europol, que ha coordinado las actuaciones con Francia y Reino Unido, y a instancias del Seprona y la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo.
Fruto de estas investigaciones y a raíz de una de las denuncias administrativas realizadas por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Segovia, se detectó cómo una empresa con sede en Madrid, había tenido instalados hasta 30 dispositivos de estos emuladores. De acuerdo con los cálculos del Instituto Armado, en total podría haber alcanzado las 90 toneladas de Óxido de Nitrógeno (NOx) emitidas a la atmósfera.
Asimismo, los investigadores estiman que con la colocación de dichos emuladores, se han podido obtener unos beneficios de 700 euros por vehículo y año, lo que pone de manifiesto emisiones que podrían alcanzar entre 0,59 y 1,07 toneladas de NOx por cada camión y año.
En este sentido la empresa investigada ha podido emitir entre 49,56 y 89,88 toneladas de NOx en el periodo investigado.
Los emuladores fraudulentos desctivan el Adblue, líquido que consumen los nuevos vehículos diésel y que se añade al catalizador para que se produzca una reacción química en la que desaparece el NOx (reconocido gas contaminante) y a cambio se obtiene N2, H2O y CO2. Anulando el Adblue se consigue un ahorro económico importante. Y estos emuladores pueden adquirirse desde algo más de 20 euros. Pero su uso tiene consecuencias para el medio ambiente y para la salud.
Estos sistemas se colocan en la línea CAN (Controller Area Network), que controla el protocolo de comunicación en el vehículo, y anulan el sistema de reducción de emisión de gases (SCR) de manera que el camión funciona emitiendo como si fuera un camión de mucha más antigüedad, que no llevan sistema SCR, que es el que inyecta el Adblue.
El consumo de Adblue depende de la potencia utilizada por el camión, de manera que a mayor esfuerzo, mayor emisión y por lo tanto mayor necesidad de disminuirla.
A lo largo de la investigación se ha contado con la colaboración de empresas de transportes, fabricantes de Adblue, distintos fabricantes de vehículos que han aportado datos para el cálculo de las emisiones, así como con la empresa de medición Opus RSE, con la que se iniciaron distintas mediciones de emisiones en carretera con el objetivo de detectar camiones que tuvieran instalados estos aparatos y medir sus emisiones.
El inventario nacional de emisiones de contaminantes a la atmósfera para el año 2017 para el transporte por carretera con respecto a NOx refleja emisiones de 254.300 toneladas.
La operación se inició hace un par de años tras la denuncia de un fabricante de Adblue. Se ha centrado en una empresa de transportes de Madrid que, según ha concluido el Seprona, tenía instalados emuladores en 30 de los 160 camiones de los que dispone.
“Se trata de una investigación realmente compleja y pionera en el mundo, que presenta como novedad la detección de grandes emisores de NOx y coincide temporalmente con el estudio de emisiones recientemente publicado por la ONU en el que se pone de manifiesto que la contaminación atmosférica continua produciendo estragos en la salud de los seres humanos, calculando que afecta ya al 90% de la población mundial, además de ser responsable de la muerte prematura de 7 Millones de personas cada año, entre ellos 600.000 niños”, asegura la Guardia Civil.
