¿Es posible una Europa sin Angela Merkel? La canciller parte como favorita para ganar las elecciones generales del próximo domingo en Alemania, aunque tendrá que pactar para lograr gobernar por otros cuatro años. Sin embargo, no todas las amenzas de Merkel son políticas, asuntos económicos, europeistas y militares traen de cabeza a la canciller.
Espionaje: Alemania es uno de los países más afectados por el supuesto espionaje de EEUU. El tema, especialmente sensible para una sociedad obsesionada con el respeto a los derechos civiles y la privacidad, se convirtió en un dolor de cabeza inesperado y con consecuencias aún imprevisibles para Merkel.
La aparición de un documento que pruebe que Berlín conocía la actividad de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA) castigaría duramente la credibilidad de la dirigente, que viene deslindando a su Gobierno de cualquier complicidad. Pero incluso sin esa prueba, el caso deja a la líder cristianodemócrata (CDU) en una encrucijada.
Fiasco de los drones: Costó 500 millones a los contribuyentes y terminó en un fiasco: la cancelación de un programa para construir aviones no tripulados alemanes después de años de inversiones ahora perdidas es otra de las armas con las que la oposición desgasta a la mandataria.
Una comisión parlamentaria investiga ahora cómo pudo ocurrir el desastre, lo que garantiza que el tema esté bien presente en las noticias en plena campaña. En el punto de mira está, además, el ministro de Defensa, Thomas de Maizière, pilar en el Gabinete.
Indecisos: Los socialdemócratas (SPD) siguen a 15 puntos de la CDU en las encuestas, pero su candidato y principal rival de Merkel, Peer Steinbrück, apuesta todo por movilizar a los indecisos y dar un vuelco en el último tramo de campaña, como ocurrió en 2002 con la inesperada victoria de Schröder.
El cálculo de Steinbrück es simple: «El SPD perdió 10 millones de votantes desde 1998. Los expertos nos dicen que no se cambiaron a otro partido, sino que dejaron de votar. Queremos movilizar, al menos, a cinco millones de ellos».
Las encuestas indican que hay un 30 por ciento de indecisos y que el SPD es la fuerza que mejor puede aprovecharlos: si moviliza a sus electores, ganará hasta un 31 por ciento, frente al 25 por ciento que le dan los sondeos. La CDU solo tiene margen para saltar del 40 por ciento actual a un 41 por ciento.
Crisis del Euro: Merkel es tal vez la figura política que más se benefició de la crisis del euro. Con su dictado de austeridad a los países más golpeados conquistó a muchos votantes irritados con los caros rescates comunitarios, en los que Alemania es el mayor contribuyente.
La situación podría cambiar con la irrupción en el panorama político alemán de Alternativa para Alemania, un nuevo partido euroescéptico y con un discurso más radical que el de Merkel.
Factor Poscomunista: Incluso aunque ninguno de esos factores influya en los votantes, si las elecciones se celebraran hoy Steinbrück tendría un recurso para formar un Gobierno de centroizquierda en Alemania: aliarse con los poscomunistas de La Izquierda.
Una coalición del SPD (25 por ciento de intención de voto), los Verdes (13) y La Izquierda (8) sumaría un 46 por ciento de los votos, según los últimos sondeos, y ganaría por un punto a la actual coalición de centroderecha entre la CDU de Merkel (40) y sus socios liberales del FDP (5).
Ninguno de esos cinco factores modifican por el momento la cómoda ventaja de Merkel en las encuestas. Pero, en conjunto, muestran que el próximo domingo pueden pasar muchas cosas en Alemania. El exceso de confianza, a fin de cuentas, es la sexta amenaza que afronta la CDU de Merkel.
