La primavera la sangre altera, y si hay unas elecciones municipales y regionales a un mes y medio vista, más todavía. Al PP no le basta conque el presidente Zapatero diga que se va a su casa el año que viene, y ayer redobló sus peticiones para que haya elecciones generales anticipadas. La respuesta del PSOE, por boca de su vicesecretario general, José Blanco, fue desafiante, emplazando a Rajoy a presentar una moción de censura «si de verdad desea un cambio de Gobierno», y opinó que para otoño igual su partido quiere remplazarlo. «Será el momento en que digamos, si queréis sustituirlo, primarias», añadió con sorna.
Tras presentar la campaña online de su formación, indicó que los socialistas «han comenzado la remontada», y que han recibido «una inyección de moral y de orgullo» con el anuncio de su líder, que ha «descolocado» al PP.
Para el número dos del grupo progresista, Rajoy demostró «un poco de pereza» para reaccionar al anuncio de Zapatero, y también por «pereza», y porque «es un poco cobarde», no se decide a presentar una moción de censura, lo que «da trabajo» y, además, requeriría que los populares presentasen su «proyecto al país», y «las dos cosas no le apetecen».
Por eso, pidió a los conservadores que, «ya que no ejercen lo que pueden ejercer por sí mismos, que no enreden», y aconsejó a su jefe que no tenga «tanta ansiedad», «porque perderá por tercera vez con la candidatura que presentemos». A su juicio, cualquier aspirante socialista será «infinitamente mejor» que el ex ministro. «Lo dicen hasta los suyos», apostilló.
Sobre esta cuestión concreta, no hubo muchas pistas, si bien, el autodescartado Bono no se pronunció sobre si se presentará o no a las primarias; fórmula que está «muy bien» para Trinidad Jiménez. Tampoco dieron un paso adelante ni Rubalcaba ni Chacón. El único que sí que ha dejado claro que no aspira a controlar Ferraz es el antiguo señor PESC -secretario general de la OTAN-, Javier Solana. Así, no es de extrañar que en el PP no tachen a nadie, como confesó la secretaria general, María Dolores Cospedal, que aventuró que pueden aparecer más candidatos.
Mientras, en el Senado, su compañero Pío García Escudero reclamó a Zapatero que se vaya «no un poquito», sino «del todo». Así, el portavoz preguntó al secretario general del PSOE que, ya que «ha decidido quedarse a pesar de irse», va a adoptar las medidas fiscales en favor de las pymes que le reclama el PP: «Siguen sin confiar en la sociedad emprendedora porque siguen anclados en viejos estereotipos ideológicos». «La gente está muy harta de usted, de su Gobierno, de su ineficacia, de sus líos internos, de sus mentiras sobre la crisis, la recuperación, el empleo, y de siete años perdidos sin que nadie les solucione sus problemas», concluyó.
Lo que parece claro es que los futuribles, así como sus apoyos, no moverán ficha hasta el 23 de mayo. De hecho, el presidente castellanomanchego, José María Barreda, confesó tener su favorito, aunque no diría nada hasta esa fecha. Y es que no son pocos los tapados que estarán pendientes de la suerte propia y la de sus enemigos. Y es que los dos mejor posicionados, Chacón y Rubalcaba, corren el riesgo de quemarse si la cita electoral se convierte en unas primarias, pero de 2012.
