Como militante del Partido Popular, quiero mostrar el asombro primero y desprecio después, que me ha causado la actitud de mi compañera de partido, Silvia Clemente. Respeto, por supuesto, que haya decidido abandonar el Partido Popular y renunciar a seguir siendo Presidenta de las Cortes de Castilla y León, pero debo mostrar mi rechazo total a las formas tan poco respetuosas con las que lo ha hecho.
Clemente ha sido cargo público durante 22 años en Castilla y León y alto cargo de mi partido. Ha sido todo en el PP y en esta comunidad. Y todo lo que ha sido en política ha sido gracias al PP y a todas las personas que forman parte de él: militantes y afiliados que permitieron con sus votos que llegara a esos puestos y a los cargos del partido que la pusieron en ellos.
Durante 22 años defendió nuestros valores, nuestras ideas, gobernó poniendo en marcha las medidas y proyectos del partido popular para mejorar la vida de los ciudadanos y contribuyó a impulsar nuestra comunidad hacia el progreso económico y social.
Por todo esto la sorpresa. Sorpresa porque de repente anuncie que se va, que abandona el partido popular.
Y desprecio por lo que ha hecho después. Ella podía haberse ido con la cabeza muy alta, pero se va de su partido, del que ha vivido, para irse a un partido contrincante y se va insultando. Insultando a todos los que la han votado e insultando al presidente de nuestro partido, al que votaron y eligieron los afiliados, al que ella votó, que es su compañero y que ha luchado y trabajado por su Partido y por Castilla y León, como mínimo como ella.
Su crédito desaparece cuando alaba a un partido al que hace un mes criticaba con dureza, del que decía que votarles era tirar el voto. Pobre Ciudadanos, porque votarla a ella sí será tirar el voto.
