Ya tenemos elecciones. Para este viaje no necesitábamos estas alforjas, que es lo mismo que decir, que para el resultado obtenido no ha merecido la pena haber estado 8 meses del fracasado gobierno socialista.
Pero la democracia es así. La democracia permitió a Sánchez ser Presidente del Gobierno por la puerta de atrás y en lugar de convocar inmediatamente elecciones generales, tal y como prometió públicamente, ha estado 8 meses viajando por el mundo, disfrutando de vivir en un Palacio, cambiando colchones y destrozando cada día un poco más a España y a los españoles.
Sólo se han necesitado 8 meses, para pasar del Gobierno bonito al Gobierno fracasado. De los bonitos nos quedan 2 ministros cesados y 5 envueltos en escándalos. Y han fracasado, porque 8 meses después hay más parados en España que cuando Sánchez perpetró su moción de censura, ha logrado frenar a la economía española, se están destruyendo empresas todos los días, y la inversión extranjera ha caído en más de 13.000 millones de euros. Todo en unos pocos meses.
Pero el fracaso del Gobierno no sólo ha sido en temas económicos, ya que también ha generado más división en la sociedad española por la política de enfrentamientos que han realizado, agravando la crisis en Cataluña, y ayudando a mantener vivo el espíritu de golpe de estado que está permanente en los políticos catalanes, a los que se está intentado complacer desde el primer momento, como pago por haberle hecho Presidente aunque ello suponga traicionar a España. No les avergüenza el deterioro y el abuso de las instituciones españolas ni el abuso de los medios públicos para uso personal y partidista, como el Falcon, el CIS, la televisión pública y el propio Consejo de Ministros.
Y seguirán fracasando en los meses que les quedan.
