El pasado pleno ordinario saco a colación un tema que estaba en la calle en estas jornadas: la poda que se está realizando en los árboles de la villa. Fue el concejal José Ignacio de la Fuente, ingeniero forestal, quien utilizó el turno de preguntas para demandar información sobre el “criterio de podas llevado a cabo por los servicios municipales”. La cuestión fue dirigida a la concejal de Medio Ambiente, Montserrat Rodrigo, que acordó con el edil socialista facilitarle un informe de los operarios para detallar esta práctica.
En conversación con este diario, José Ignacio ha ahondado más en el tema, que es vox populi. Su primera afirmación es que en Cuéllar “se poda a lo bestia”. Comentó que a principios de la legislatura ya habló con servicios municipales para informar de que las podas se estaban realizando de manera incorrecta, tan solo por desconocimiento de praxis de los encargados de realizarlas. Así, el concejal facilitó unas fotocopias con nociones básicas a servicios municipales, de tal modo que se comenzaron a hacer de manera correcta. De nuevo, desde hace meses, se realizan sin criterio. “Lo ideal es no tener que podar, pero si hay que hacerlo, que sea de la mejor manera, para evitar pudriciones o lo peor, caída de ramas”, explica. Asegura que la mayoría de los árboles de Cuéllar están enfermos, algo que se puede ver en la base de los árboles y en el tronco. Poseen hongos y es debido a que las podas “abren” el árbol y permiten que los invada.
De la Fuente afirma que en Cuéllar se han realizado plantaciones sin tener en cuenta la fisiología de los árboles, ni el terreno, ni las condiciones. “Es importante saber cómo va a crecer ese árbol, cómo se va a desarrollar”; “no podemos plantar lo que queramos”, aclara el edil socialista. Se reafirma en que lo mejor es no podar, pero si es necesario, es mejor talarlos y “plantar otra cosa”, porque las podas mal realizadas ocasionan un sinfín de problemas.
Alabó la actuación llevada a cabo por la concejal de Medio Ambiente en la entrada de Cuéllar sur, sustituyendo lo existente por cipreses, y evitando así que los camiones chocaran con las ramas, entre otros inconvenientes. Asevera que no es una cuestión económica, que se trata de “salud para el pueblo” y que algún día “nos daremos cuenta de la importancia que tiene”. Todo esto puede derivar en la caída de las ramas, provocando alguna desgracia. Además, los árboles que deberían durar más de 80 años, solo durarán entre 45 y 50 años.
POSIBLES SOLUCIONES José Ignacio de la Fuente asegura que se está tomando conciencia, pero una posible solución sería impartir cursos a algunos operarios, incluso de varios ayuntamientos. Se pueden conseguir subvenciones y de esta manera, “los pueblos lo agradecerían”. Asegura que ya se planteó, pero no se llegó a realizar, así que anima a que se convierta en una realidad y estas podas se hagan de manera “más rigurosa”, y lograr así que los árboles no envejezcan antes y se les provoquen daños irreparables. Otra de las reclamaciones y algo que ayudaría a mejorar la “vida vegetal” de Cuéllar sería realizar un inventario de todas las especies plantadas, para llevar un mejor control de las mismas.
Mientras, las podas continúan por los barrios del sur de la villa.
