La prensa francesa siempre ha sido contundente en su lucha contra el dopaje, tanto en los casos confirmados como en los que los analistas consideraban seguros, pese a no haberse demostrado. Un ejemplo que ilustra la idea es el de Lance Armstrong, que vive una persecución desde hace varios años aunque nunca ha dado positivo en un control.
En este sentido, parecía claro que, después de la infracción cometida por Alberto Contador durante el pasado Tour de Francia, derivada, según el ciclista, del consumo de carne con una minúscula cantidad de clembuterol, los medios galos tratarían de desmontar la coartada de la contaminación alimenticia.
Las sospechas no tardaron en cumplirse, y el diario L’Équipe publicó ayer que la orina del competidor de Pinto en la que un laboratorio de Colonia detectó la sustancia prohibida contenía también restos de un componente plástico presente en las bolsas de sangre. Esta circunstancia, de ser cierta, avalaría la hipótesis de que el español se practicó una autotransfusión, lo que implicaría una grave sanción.
Éste es el único indicio que el rotativo maneja para probar que el madrileño se dopó en el pasado Tour de Francia. Los demás respaldan la versión de Contador.
Salvo sorpresa, la poca cantidad de clembuterol encontrada en el análisis descarta que el corredor recurriera de forma voluntaria a esta sustancia para incrementar su rendimiento.
Sin embargo, y ante el carácter extraño del caso, L’Équipe afirmó que la Unión Ciclista Internacional y la Agencia Mundial Antidopaje han encargado un estudio a un grupo de científicos alemanes.
La misión de los expertos se basa, de acuerdo al artículo del periódico, en averiguar si el clembuterol podría proceder de sangre propia que el representante patrio se inyectó durante la jornada de descanso previa al control.
Para ello, los germanos habrían aplicado a la orina de Contador un método ideado por el doctor español Jordi Segura, que permite detectar la presencia de una sustancia plástica que dejan como residuo las bolsas transportadoras.
L’Équipe ya se aventuró a recalcar que la muestra contenía ese producto, en el primer capítulo de una historia que se presume larga.
