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Laura del Río Arranz (*) – El dolor de la Sanidad

por Redacción
25 de enero de 2019
en Opinion, Tribuna
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El día que el Rey Alfonso XIII abatió 100 faisanes a tiros

Las justas reivindicaciones de los médicos

Luis Mester

Últimamente veo como Asociaciones, Plataformas, e incluso partidos políticos salen a la calle, tomando la voz de sus seguidores, para reivindicar todo tipo de ideas o actos de otros con los que no están de acuerdo. Veo como, sin generalizar, muchos ciudadanos van detrás de aquellos que intentan dirigir y guiar nuestros pensamientos, como si fuésemos simples autómatas. No pensamos, solo pedimos lo que por megafonía oímos: dimisión. Pero pocos son los que se paran un ratito a pensar o a deducir si realmente estamos en lo correcto.

Sí, amigos y compañeros de la Sanidad Pública, a mí también me duele la sanidad, aunque no me gusten las manifestaciones. Como enfermera, siempre he intentado ver las causas de ese dolor, para poder actuar sobre ellas, y no ver únicamente el síntoma tratándolo con paracetamol.

Diversos estudios confirman que la Sanidad de Castilla y León es de las mejores del país yeso es gracias a sus profesionales. Posiblemente la gestión sanitaria en cuestión de Recursos Humanos, materiales y/o económicos que se ha llevado a cabo desde la Junta de Castilla y León no haya sido la adecuada. Faltan profesionales, sobre todo en zonas rurales, y los que hay cada vez tienen más cúmulo de trabajo sin que eso se vea reflejado en sus nóminas o en un aumento de personal.

Me duele la sanidad cuando veo la saturación de mis compañeros en sus centros de trabajo, cuando veo que, por más que nos recorten la nómina (muchos pensarán en la extra de navidad de 2012, yo me acuerdo más del 5% de junio de 2010), o nos amplíen la jornada laboral, todos seguimos trabajando para sacar adelante la Sanidad Pública lo mejor que sabemos.

Me duele la sanidad cuando un paciente con código rojo y prioridad absoluta, donde el tiempo es vital, no puede ser trasladado de manera urgente al hospital de referencia por falta de UVI móvil (una base para Segovia).

Me duele la sanidad cuando, a causa de las huelgas de profesionales de atención primaria, sean los pequeños municipios los que se queden sin atención médica días y días, con los problemas que eso conlleva.

Me duele la sanidad cuando acude un paciente en estado terminal sin tratamiento paliativo porque los cuidados paliativos domiciliarios no han podido llegar hasta él por falta de medios, tiempo y/o personal sanitario cualificado.

Pero también me duele la sanidad cuando veo llegar a urgencias a media noche a usuarios con una afección no urgente, con la cual llevan días, y hasta meses, sin que hayan ido a su médico de cabecera. Los médicos de atención primaria son el primer eslabón en la escala sanitaria, el primer profesional al que debemos acudir cuando lo que no pasa no es urgente, y si no sabemos si es o no urgente, él nos aclarará la duda.

Me duele la sanidad cuando veo discrepancias con elevación de tono entre usuarios en mi servicio de urgencias porque “yo he llegado antes y tengo que pasar primero”, aunque estén viendo que hay otras personas que se encuentran peor.

Me duele la sanidad cuando veo que en el pasado se han dispensado recetas médicas hasta para el algodón.

Me duele la sanidad cuando veo a usuarios que utilizan el servicio de ambulancias como si fuera un transporte público gratuito, al cual tienen derecho “porque lo pagan’ con sus impuestos”, aunque su dolencia no sea grave ni urgente.

Me duele la sanidad cuando familiares de tu paciente te exigen las pruebas que le tienes que realizar, o cuando usuarios o familiares agreden verbal o físicamente a los profesionales sanitarios porque no hacen lo que les dicen.

Y, sobre todo, me duele la sanidad cuando llega un paciente en un estado de higiene lamentable o cuando veo a un anciano ingresado pasar días y días solo sin que ningún familiar le visite.

Por muchas más cosas me duele la sanidad, aunque esto no se cure con una dimisión. Esto solo se cura con educación, respeto y tolerancia por parte de todos. La Sanidad Pública es un derecho de los ciudadanos, sí, pero también tenemos una serie de obligaciones, como es el uso adecuado de las prestaciones sanitarias, sobre todo en lo referente a la utilización de servicios. La Sanidad Pública es gratuita, pero no es gratis.

Sí, realmente me duele la Sanidad. Espero que pronto se encuentre un buen analgésico que acabe con este inespecífico y subjetivo síntoma.
——
(*) Enfermera del H.G. de Segovia. Alcaldesa de Gomezserracín.

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