Los ministros de Finanzas de la zona euro debaten en Bruselas un paquete de ayuda internacional a Grecia de entre 100.000 y 120.000 millones de euros para el periodo 2010-2012, según cifras confirmadas por la titular francesa, Christine Lagarde.
«Vamos a decidir eso en unos instantes. Los distintos intervinientes han hablado de una cantidad entre los 100.000 y los 120.000 millones de euros. Lo veremos luego», aseguró Lagarde antes de entrar en la reunión.
Convocados por el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, los responsables de Finanzas del euro celebran un encuentro extraordinario, en el que esperan respaldar el plan de ajuste anunciado hoy en Atenas y discutir su aportación al mecanismo de ayuda, al que también contribuirá el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En abril pasado, los ministros de la zona euro acordaron un paquete europeo de 30.000 millones de euros en 2010, al que habría que sumar una aportación del FMI de en torno a los 15.000 millones, lo que no bastó para paliar la desconfianza de los mercados en la credibilidad de la economía griega.
Los ministros debaten hoy el montante para todo el trienio, después de que el Gobierno griego llegara a un acuerdo con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, sobre un estricto programa de ajuste y reformas por tres años.
Según todos los indicios, la activación definitiva de los préstamos bilaterales europeos no se producirá hasta finales de la semana que viene o incluso el lunes siguiente, cuando los Estados miembros hayan cumplido los trámites nacionales y el Parlamento griego haya dado su visto bueno al plan de ajuste.
Por otro lado, la ministra francesa se refirió al riesgo de contagio de la crisis griega a otros países de la zona euro, después de que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poors rebajara esta semana el «rating» de España y Portugal.
«Grecia, Portugal, España e Italia son casos diferentes. Grecia es un caso muy peculiar, en el sentido de que las estadísticas que nos dio a lo largo de los años estaban mal. Eso ha creado, como el propio primer ministro (Yorgos) Papandréu ha reconocido, un déficit de confianza», aseveró.
Ahora, añadió, «tenemos que curar ese déficit de confianza, Necesitamos ayudarnos mutuamente. Estamos determinados a hacerlo en este momento».