“Si hubiera habido oscuras intenciones, que rechazo absolutamente porque es falso, lo más fácil hubiera sido hacerlo antes”. Así negaba ayer la alcaldesa, Clara Luquero, que expulsara al concejal no adscrito, Javier Arranz, al que denomina trásfuga, para evitar el debate o la votación de las mociones que éste había presentado al pleno corporativo.
Con tono de enfado, la alcaldesa hizo declaraciones poco antes del acto público celebrado en la Plaza Mayor con motivo de la fiesta de la Policía Local y, según el correo eletrónico enviado desde su Gabinete “a raíz de las informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre el pleno” del pasado viernes.
Como se recordará, Luquero expulsó a Arranz al filo de las dos de la tarde, al amonestarle por tercera vez durante esa sesión plenaria y mientras se debatía una moción de Arranz en la que pedía la reforma de la pista de ciclismo del velódromo de Madrona. Con anterioridad se había aprobado otra moción presentada por este mismo edil sobre la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en el cambio de nombre de calles y plazas de la ciudad, que salió adelante con el apoyo del Grupo Municipal Popular y, a continuación, estaba previsto el debate de otras dos mociones suyas, una sobre el inicio de los expedientes del parking de Los Tilos y la última sobre el proyecto de Ley orgánica de Seguridad Ciudadana.
Con la expulsión se imposibilitaba en ese momento la votación de las ambas aunque finalmente se aprobó otra sobre el citado proyecto de Ley, ya que tanto IU como el PSOE habían planteado mociones similares.
Para el próximo pleno
Precisamente, la alcaldesa considera que, al anunciar “nada más salir el concejal de la sala de plenos, que se retiraban las mociones del señor Arranz del orden del día”, se demuestra que no quería sustraer del debate y la votación de ningún asunto, ya que el afectado tendrá oportunidad “de presentarlas, defenderlas, debatirlas y votarlas en el próximo pleno”.
En cuanto a los motivos que llevaron a la expulsión, Luquero aseguró que fue “por su actitud irrespetuosa e insultante y por sus formas provocadoras y chulescas, inadmisibles en la cámara que representa a todos los ciudadanos de Segovia, que se merecen un respeto de todos y cada uno de sus representantes”.
Sostuvo, por lo tanto, que se vio obligada a expulsarle por las circunstancias que se vivieron en el pleno, “desde el primer momento de tensión durísimo”.
“Soy una persona demócrata de razón y de corazón y nunca voy a evitar el debate de un tema ni que estén todos los representantes de los segovianos, tengan las formas que tengan, debatiendo un asunto o varios”, abundó Luquero y, dirigiéndose a los periodistas, comentó: “imagínense que hubiera tolerado eso y hubiéramos tenido todos los plenos que quedan en la legislatura de una manera inadmisible, como si fuera un circo, los ciudadanos de Segovia se merecen otra cosa”.
Preguntada sobre si cree que con la expulsión evitará que en próximas sesiones se reproduzca la misma situación que el viernes pasado, dijo desconocerlo. “Por lo menos yo cumplo con mi obligación; como presidenta de la corporación tenía que tomar medidas drásticas y lo hice”, señaló.
“No sé si eso le hará recapacitar o lo que hará será que, como me gusta el circo, voy a provocar más circo; no lo sé pero yo tengo la conciencia tranquila”, comentó Luquero, para quien la actitud de Arranz es “impresentable, inadmisible” en un concejal.
Transfuguismo
La alcaldesa se muestra muy segura de la condición de tránsfuga del concejal Javier Arranz, que formó parte del equipo de gobierno socialista hasta que ella le retiró la delegación de Deportes.
Para Luquero “es de manera estricta un concejal tránsfuga, de libro, definido por el diccionario como aquel que abandona el partido político con el que se presentó a las elecciones, y en el pacto antitransfuguismo, firmado por todas las fuerzas políticas, como el concejal que abandona un grupo para pasarse a otro o para impedir el normal gobierno del grupo del que procede, votando en contra y demás, y eso sabemos que es evidente que es así”.
Entiende que es primero tránsfuga y ha pasado a ser concejal no adscrito como consecuencia de lo primero, de su comportamiento. “Son las dos caras de una misma moneda; para ser concejal no adscrito es necesario antes ser concejal tránsfuga. No es un insulto cuando uno llama a las cosas por su nombre”, concluyó para defender a otros concejales, tanto de su grupo como al de IU, y a ella misma, de las acusaciones de Arranz.
